Compartimos con vosotros a continuación el último análisis del año elaborado por los economistas de Schroders (LON:SDR): Keith Wade (economista jefe), Azad Zangana (economista europeo senior y estratega), Craig Botham (economista de mercados emergentes) y Piya Sachdeva (economista).
En este informe, los expertos analizan cada una de las preocupaciones más relevantes en los mercados, ofrecen perspectivas sobre cada región y explican los motivos por los cuales han recortado sus expectativas de crecimiento global para el año que viene. Puedes ver el informe completo adjunto.
Actualización de previsiones: ¿recesión en EE. UU. en 2020?
- Hemos reducido nuestras previsiones sobre el crecimiento global al 2,9% desde el 3,1%: la tercera rebaja consecutiva. Esta decisión está en gran medida motivada por las rebajas en la zona euro y los mercados emergentes. El crecimiento en las mayores economías parece converger a la baja a medida que EE. UU. se ralentiza y que el resto de países no logra una mayor solidez.
- Seguimos creyendo que persistirán las tensiones comerciales entre EE. UU. y China durante el próximo año, con unos aranceles más altos que crearán un contexto estanflacionista. Creemos que la combinación de estos factores con una política monetaria más estricta y la disipación del estímulo presupuestario dará pie a una mayor ralentización del crecimiento estadounidense de cara a 2020 y al final de su larga expansión económica.
- Se espera que la Fed ponga fin a su ciclo de subidas de tipos en junio del año que viene y, a medida que la economía se ralentice, efectuará una bajada de los tipos en 2020. Una trayectoria así ofrece un aterrizaje más suave para la economía, en lugar de uno duro. Como resultado, el dólar estadounidense seguramente alcanzará su punto álgido en 2019.
- Nuestro análisis de posibles escenarios muestra que la balanza de los riesgos extremos se inclina hacia la estanflación, y que el riesgo individual más importante es un contexto deflacionista derivado de una recesión en EE. UU. en 2020, fenómeno que tendría lugar en caso de que la Fed adoptase medidas demasiado restrictivas en 2019. Un resultado así probablemente desencadenaría un cambio obligado en la presidencia de la Fed.
Actualización del pronóstico europeo: el regreso de la tendencia del crecimiento
- Este trimestre ha vuelto a ser decepcionante en términos de crecimiento, algo que parece haber sido causado por las disrupciones en la industria automotriz, pero también por un entorno externo más débil. Es probable que 2019 sea otro año de crecimiento por encima de la tendencia, pero la actividad debería volver a situarse en línea con la tendencia en 2020. Es probable que el Banco Central Europeo ponga fin a la expansión cuantitativa (QE) este año, antes de comenzar su ciclo de alzas en 2019.
- Suponiendo que el Brexit se desarrolle sin contratiempos, el Reino Unido debería ver una mejora en su crecimiento en 2019 y 2020. Una apreciación de la libra esterlina ayudará a disminuir la inflación, al aumentar el poder adquisitivo de los hogares, y es probable que la inversión de las empresas repunte. Es probable que el Banco de Inglaterra reanude los incrementos de los tipos de interés una vez que disminuya el riesgo del Brexit.
Los acontecimientos internos de distintos países pueden contrarrestar el pesimismo global en 2020
- Al extender la previsión a 2020 por primera vez, somos optimistas y creemos que, para la mayoría de las economías BRIC, los factores internos pueden compensar los problemas globales.
- Nuestras expectativas para los bancos centrales han experimentado principalmente ajustes menores, aunque sí esperamos una postura más agresiva que antes por parte del Banco Popular de China para ayudar a compensar un panorama global más pesimista.
Japón: más volatilidad en 2019 gracias al IVA
- El clima ha hecho de 2018 un año volátil para el crecimiento, temática que debería continuar en 2019 debido al efecto probable del aumento del IVA; por su parte, el crecimiento debería moderarse en 2020. Impulsado por las preocupaciones en torno a la prolongación de la flexibilización monetaria, prevemos que el Banco de Japón modificará nuevamente la política de control de la curva de rendimientos, pero que mantendrá las tasas negativas sin cambios hasta el final de 2020.