La OPEP y sus socios de la OPEP+ planean celebrar una reunión virtual el jueves para discutir las reducciones de la producción de petróleo ante la caída de los precios y el aumento de la superabundancia. Hace aproximadamente un mes, el grupo OPEP+ parecía haberse desintegrado, pero la repentina caída de la demanda mundial de petróleo provocada por la crisis del coronavirus, junto con una oportuna presión del presidente Donald Trump, parece haber incentivado a Arabia Saudí y Rusia para tratar de reavivar su alianza OPEP+.
El mercado fue inicialmente optimista en cuanto a las previsiones de reducción de 10-15 millones de barriles al día de la producción de petróleo que el presidente Trump mencionó en sus tuits el viernes pasado. Sin embargo, el proceso no está tan claro como lo describía el tuit del presidente.
Aunque la OPEP+ aún no se ha dado cuenta, Arabia Saudí y los EAU ya han indicado que cualquier reducción de producción de la OPEP+ también requerirá la participación de otros productores mundiales. Si bien otros 12 países de este tipo están invitados a la reunión de la OPEP+ en calidad de observadores, no está claro cuáles asistirán, si es que lo hace alguno. Estados Unidos ya ha declinado la invitación.
Algunos analistas han insistido en que la OPEP+ está adoptando una postura sabia presionando a los productores que no son miembros de la OPEP+ para que participen en las reducciones. Que eso sea sabio o no es irrelevante para los traders. Es crucial entender que se trata de una maniobra sin precedentes. La OPEP solía actuar por sí sola con raras solicitudes de participación de personas ajenas. En 2014, Arabia Saudí propició un exceso de producción cuando no pudo equilibrar el mercado, pero no hizo un intento serio de presionar a ningún productor, excepto a sus socios de la OPEP. Después, la OPEP amplió la participación a la OPEP+. Ahora, parece que la OPEP+ está insistiendo en que todos los demás productores participen con ellos, una gran diferencia con su comportamiento pasado.
Como ha sido el caso en casi todas las reuniones de la OPEP+, Arabia Saudí y Rusia son los actores clave. En una desviación de la postura tradicional de la OPEP, parece que Estados Unidos también desempeñará un papel importante. Echemos un vistazo a las posturas de cada uno de estos países:
Arabia Saudí
Arabia Saudí precipitó la caída de un 30% de los precios del petróleo de marzo al reaccionar a la posición anti-reducciones de Rusia comprometiéndose a aumentar la producción y bajar los precios para algunos de sus clientes. Eso fue hace un mes.
Ahora, a la monarquía saudí le preocupan sus ingresos públicos, especialmente teniendo en cuenta los ambiciosos planes de gasto del Gobierno actual y el papel tradicional del mismo como proveedor del pueblo. A la monarquía también debe preocuparle cómo afectarán los bajos precios del petróleo a largo plazo al precio de las acciones de Saudi Aramco (SE:2222), que actualmente cotiza en bolsa. El 20% de los ciudadanos saudíes compraron en la OPV de Aramco, algunos con deuda, confiando en la promesa presentada por el Gobierno. Un descenso de precio de las acciones de Aramco podría lastrar la confianza política.
Aunque la monarquía saudí necesita que el precio del petróleo alcance niveles más altos, Aramco actualmente produce la cifra récord de 12 millones de barriles al día. Se supone que suministra 12,3 millones de barriles al día, incluyendo 0,3 millones de reservas. Con una demanda tan baja como la actual, la gran pregunta es si Aramco tendrá compradores para su petróleo en abril y en adelante. Si no, los precios caerán aún más y Arabia Saudí parecerá débil. Además, esta elevada tasa de producción deja a Arabia Saudí sin su capacidad de reserva estratégica por primera vez en décadas. El reino ha anunciado sus planes de aumentar la capacidad a 13 millones de barriles al día, pero eso tardará un tiempo. Por ahora, el reino ha quedado vulnerable sin capacidad sobrante. Todo esto indicaría que Arabia Saudí quiere un acuerdo de reducción de la producción.
Por otro lado, hay quien especula que la política saudí está siendo impulsada en parte por el deseo de proyectar su fuerza contra Rusia. En ese caso, Arabia Saudí podría mantener su dura postura a pesar de sus propios intereses.
Rusia
Rusia quiere que suban los precios del petróleo, como cualquier otro productor. Recientemente, Rusia afirmaba que un precio de 40 dólares por barril era lo suficientemente bueno para su presupuesto, pero los precios en este momento están significativamente por debajo de eso. Esto indicaría que los precios actuales no son lo suficientemente buenos para el presupuesto ruso, pero ¿pueden los productores ponerse de acuerdo en una reducción lo suficientemente grande como para superar esa marca de 40 dólares?
Rusia no quiere estar en deuda con nadie más. Antes de la riña entre Rusia y Arabia Saudí a principios de marzo, el presidente ruso Vladimir Putin dejó claro que estaba de acuerdo con la postura de su ministro de energía, Alexander Novak, de rechazar cualquier propuesta de futuros recortes. Rusia no va a formar parte de ningún pacto de producción que no pueda controlar.
No sabemos lo desesperada que está Rusia por subir los precios ya, pero incluso aunque Rusia acceda a un acuerdo de reducción de la producción, los otros socios tienen que ser escépticos sobre si Rusia cumplirá sus compromisos, basándose en experiencias pasadas.
Estados Unidos
Estados Unidos no tiene ningún mecanismo para regular la producción de petróleo en todo el país. El lunes, el secretario de Energía Dan Brouillette decía: "En Estados Unidos tenemos un mercado libre, y la industria se ajustará por sí sola".
Algunos estados, como Texas y Oklahoma, tienen autoridades reguladoras que pueden prorratear la producción de petróleo dentro de sus respectivos territorios, pero el proceso es complicado y estatal, no federal. Hay otras maneras en que el Gobierno Federal puede tratar de frenar la producción de petróleo en todo el país, por ejemplo a través de las regulaciones ambientales vigentes, pero cualquier intento de usar regulaciones diseñadas para la protección del medio ambiente para regular el comercio sería cuestionada en los tribunales.
En última instancia, Estados Unidos parece estar ofreciendo sólo una cosa: una previsión de una disminución orgánica de la producción basada en el mercado. La Administración de Información Energética ha emitido un nuevo pronóstico este martes en el que indicaba que Estados Unidos producirá una media de 11,8 millones de barriles de petróleo al día en 2020. Esto supone una disminución de 500.000 barriles al día con respecto a la producción de 2019. Este organismo prevé que la producción estadounidense disminuirá lentamente en los próximos meses desde los máximos de marzo de 12,72 millones de barriles al día hasta 10,96 millones de barriles al día en octubre antes de empezar a repuntar de nuevo.
Es probable que la OPEP tenga sus propias previsiones en cuanto a la producción de petróleo de Estados Unidos, pero los observadores del mercado no deberían esperar que Estados Unidos ofrezca las llamadas "reducciones de producción" a la OPEP+ más allá de las previsiones de la Administración de Información Energética de los descensos impulsados por el mercado.
Si el acuerdo se desmorona, es muy probable que sea por la frustración de los miembros de la OPEP+ de que no puedan obligar a otros productores como Estados Unidos a actuar.