- El euro vivió una semana, la pasada, extremadamente difícil al punto de que muchos recomiendan olvidarla. Tras comenzar el lunes cotizando el máximo de 1,3370 dólares, la moneda única terminaba el viernes, a la apertura del mercado europeo, cerca del mínimo de 1,3040, habiendo perdido 330 pips. Pero también el dólar pasó un mal momento en la última jornada, cuando en los Estados Unidos se informó que durante marzo pasado se habían creado bastante menos puestos de trabajo que los esperados.
Pero a pesar de que la tasa de desempleo se redujo en un punto a 8,2%, el dólar se debilitó un tanto porque el resultado conocido mantiene las expectativas de una nueva ronda de estímulo monetario por parte de la Fed. Sin embargo, el martes pasado, en medio de una fuerte expectativa, la Fed dio a conocer las minutas del encuentro celebrado en marzo, dando la impresión de que los funcionarios del organismo parecían menos predispuestos a lanzar una nueva ronda de estímulo monetario tras la mejora de la economía estadounidense.
Además, se mostraron cautelosos frente al reciente repunte de la actividad, relativizando las señales de fortaleza y concentrando sus preocupaciones en una tasa de desempleo todavía elevada. En realidad, fue el jueves el peor día para el euro, cuando los temores sobre los altos niveles de deuda en España lo llevaron a marcar el mínimo de 1,3040 dólares. Los costos del endeudamiento español subían mientras los inversionistas, luego de una desastrosa subasta de deuda el miércoles, se volvían más temerosos sobre la capacidad del país para cumplir con sus metas de déficit.
En cambio, en los Estados Unidos se conocía el dato semanal sobre el empleo, que mostró que la cantidad de estadounidenses que solicitaron subsidio por desempleo por primera vez había caído a su nivel más bajo en casi cuatro años. Algunos analistas creen que el destino de España probablemente esté en manos del BCE, cuya exposición a los bancos españoles alcanzó el 15% del PIB del país en febrero, siendo posible, entonces, que el ente monetario decida presionar a Madrid para que pida ayuda a la eurozona.
Tras una Semana Santa de mucha volatilidad en los mercados y con un aumento importante de la aversión al riesgo, podrían producirse algunos reajustes. El par euro/dólar viene de unas jornadas de fuertes bajadas y se acerca al importante soporte de 1,3000 donde podría encontrar freno para recuperar algo del terreno perdido. En cambio, si se consolida bajo 1,3000 el siguiente soporte se encuentra en 1,2600. Al cierre en New York el euro cotizaba a 1,3095 dólares.
AUMENTAN LAS PRESIONES Y EL PESO SIGUE CAYENDO
PANORAMA ARGENTINO - Desde el primero de este mes comenzó a regir la obligación impuesta por el Gobierno a empresas e individuos de pedir permiso previamente a la AFIP para pagar servicios contratados en el exterior y esperar hasta obtener el visto bueno del BCRA para realizar en los bancos las transferencias correspondientes. Entre los rubros que han sido alcanzados por la medida, figuran: servicios de información e informática; patentes y marcas; regalías; derechos de autor; servicios empresariales profesionales y técnicos; servicios personales, culturales y recreativos; pagos de garantías comerciales y servicios y derechos de explotación de películas, video y audio extranjeras.
Además, el Gobierno prohibió recientemente la distribución de dividendos por parte de las empresas, pretendiendo con esa medida lograr que aumentaran sus inversiones en el país y también a evitar la salida de divisas, dado que una parte de las ganancias distribuidas se podrían destinarse a la compra de dólares. Por la presión sobre YPF, el Gobierno logró que no distribuyera utilidades por $ 5.296 millones, por lo que la empresa se vio obligada a capitalizar dicha ganancia. Se estima que si aquel número se suma al de los bancos, a quienes también se les impidió repartir ganancias, y al de las empresas que tendrán asambleas durante este mes, el Gobierno podría haber logrado retener más de $ 15.000 millones en el país, pero con consecuencias fáciles de imaginar.
Mientras, en ese escenario en el que cunden las presiones, las dudas y hasta el desconcierto tiene que seguir cumpliendo su misión el MULC argentino. Y todo se complica cuando no existen parámetros ni reglas de juego. Por ejemplo, los pagos de las importaciones deben ser previamente aprobados por la Secretaría de Comercio Interior y la AFIP, pero en realidad el que tiene la última palabra y el máximo poder es el BCRA, que no sólo puede demorar la ejecución de la operación en el corto plazo sino también dejarla en suspenso por tiempo indeterminado. Así, entonces, la actividad en el mercado tuvo que jugar sólo en torno a expectativas, dejándose de lado los resultados de la oferta y la demanda.
La cortísima semana pasada, con sólo dos jornadas hábiles, pareció mostrar una mayor afluencia de operaciones, aunque quizá el motivo fue sólo la sumatoria de los días feriados. Las entidades bancarias y cambiarias operaron entre sí un total de USD 819 millones, con un buen promedio diario de USD 410 millones, el más alto desde noviembre del año pasado. El BCRA tuvo que comprar unos USD 110 millones, convalidando una nueva devaluación del peso del 0,2% en la semana, al fijar el Banco Nación su tipo vendedor de transferencia en $ 4,3880, su nuevo récord histórico que también se repitió en el mercado paralelo, que operó a $ 4,90, y el “contado con liquidación” con un máximo de $ 5,35.
Las reservas quedaron en USD 47.150 millones, con una caída semanal de USD 141 millones, sin información oficial al respecto. En el mercado de futuros del Rofex el peso/dólar cotizó para fin de Abril a $ 4,4140, Mayo $ 4,4520, Junio $ 4,4910, Septiembre $ 4,6220, Diciembre $ 4,7760 y Marzo de 2013 a $ 4,9640. En New York el peso/dólar se operó a un año a $ 5,3900 (23%).