Alta volatilidad, qué hacer.
Han pasado muchas cosas en los últimos dos días de la semana pasada.
El S&P 500 perdió 250 puntos en poco más de 30 horas, un seco menos 5%, con los otros dos índices americanos acompañándolo sin titubeos y en perfecta armonía y réplica del movimiento bajista.
El cierre semanal es el peor que se podría suponer: un vano intento de recuperación en la última media hora para llevar el precio por encima de 4.300 fracasó estrepitosamente, y el cierre estuvo en la zona de 4.250. Hasta la mitad de la sesión del día anterior fue 4.500.
El fin de semana la mente está más relajada y mirando los gráficos es razonable pensar que el mercado nos ha comunicado un sentimiento muy negativo.
El Fear & Greed Index de CNN, sin embargo, se movió levemente, el viernes cayó solo un punto en comparación con el jueves: 40 en lugar de 41, nuevamente en el área del miedo, pero no del pánico.
La volatilidad que mide el Vix sobre las opciones del S&P 500 aumentó en 30 horas de unas 22 a 28. Un incremento del 27% que hacía tiempo que no veíamos madurar a esta velocidad.
La euforia pospandemia es un recuerdo lejano. El intento de recuperación en la zona de 4500, tras el punto de inflexión del 18 de abril, fue de momento solo un rebote. Los soportes que la semana pasada, según las previsiones, iban a ser probados, se encontraban en un nivel 50 puntos por debajo del mínimo esperado.
Todo parece haber salido mal, pues, tras las declaraciones de Powell.
Y para analizarlos bien, el impacto fue muy emotivo, no tanto por una subida de tipos del 0,50% en mayo, que quizás ya estaba descontada, sino por la fuga de liquidez que el mercado de repente tomó nota que se hará con el fin del Cuantitativo.
Entramos en la última semana de abril. Muchas posiciones necesitan ser arregladas. Y muchos anuncios de beneficios caerán en estos días ya principios de mayo. Las estadísticas dicen que es un período tendencialmente alcista.
PD: Seguimos diciendo que vemos la fase más crítica más adelante en el tiempo y que todavía esperamos dos semanas de (relativo) buen tiempo. Pero los gráficos parecen estar en contra de esta predicción y por mucho.
Todavía no es un pánico total. Y esperemos que no.