A menudo, en la vida y en el trading, cuando carecemos o tenemos escasez de una cosa, nos recreamos soñando lo que haremos cuando la alcancemos, y nos autoconvencemos de lo felices que seremos cuando por fin tengamos dicha preciada posesión.
Deseamos y anhelamos tener un determinado coche, una determinada vivienda, un determinado trabajo, un objetivo marcado en nuestra operativa diaria... Y cuando lo alcanzamos, en vez de aplaudirnos por haber sido capaces de conseguirlo gracias a nuestro esfuerzo, en lugar de disfrutar tranquilamente de lo conseguido (que era, además, lo que tanto deseábamos), nos dejamos dominar por ese demonio interior que todos también tenemos dentro, y nuestro gozo se convierte en un pozo lleno de lamentos y pesares, porque pensamos avariciosamente que, aunque no está mal lo que hemos conseguido, podríamos haber llegado más lejos, haber tenido un poco más...
Siempre nos parecerá el coche del vecino mejor que el nuestro, o su vivienda, o su trabajo, o su físico, o siempre pensaremos que serán mucho mejores los resultados del trading del compañero virtual de turno, que sí que ha sabido aprovechar a fondo la tendencia del mercado y sacar todo el jugo y todos los puntos del mundo a sus entradas, y no como tú, que pese a haber cumplido tu objetivo marcado antes de sentarte a operar en tu jornada diaria, sientes que, o bien te has salido demasiado pronto, o has entrado con muy pocos contratos y deberías haberlos triplicado, o no tenías que haber dejado escapar la clara señal de un determinado índice o par de divisas en el que no entraste y que, por supuesto, el otro trader (que tú te imaginas mucho más listo y sabio que tú) sí supo aprovechar...
La mayoría de las personas que acuden a mí buscando ayuda o formación en el trading siempre coinciden en que, o piensan que los demás son y lo hacen mejores que ellos, o que pese a que ganen, les queda la sensación de poder haber hecho mucho más...
Es bueno ser ambicioso, pero es más bueno aún tener paciencia, ser realista, sumar día a día haciéndolo bien.
Será por mi edad, pero me viene a la cabeza el estribillo de Los Ronaldos, que no podían evitar querer más, siempre y siempre. Pero ni la vida ni el trading son solamente una única canción, sino muchas juntas (o una sinfonía, en cuya elaboración se tarda más, pero en la que luego tienen que estar todos tus instrumentos y todas tus capacidades afinadas a la vez), y cada uno debe ejecutar la partitura que le toca cada mañana o cada jornada, cada sesión de un modo distinto, pero siendo consciente de las capacidades que posee, del escenario, del público, de sus condiciones físicas y mentales... Y cuando la pieza se interpreta conforme a lo que antes de empezar a operar habíamos soñado llevar a cabo, no queda más remedio que disfrutar de las notas que hemos conseguido componer, con mayor o menor éxito, pero escritas e interpretadas por nosotros.
Disfrutar mientras se toca y mientras se opera, disfrutar con lo logrado si no hemos hecho trampas y hemos sido honestos con nosotros y con nuestro plan, disfrutar si cada día damos un paso hacia adelante, por muy pequeño que nos parezca, y no varios hacia atrás, disfrutar con nuestro pequeño botín diario, dejando de pensar en todo lo que se nos ha quedado encima de la mesa y del mercado o con todo lo que se ha llevado otra persona, disfrutar viendo, como dirían otros compañeros, lo cierto que se va volviendo nuestro camino, disfrutar y valorar lo que hemos conseguido... (¿Y si aunque pensemos que nos hemos salido demasiado pronto, y que nos parece poco haber conseguido lograr nuestro tímido objetivo ya que esperando un poco más presuntamente podríamos haberlo triplicado, el mercado se hubiera girado y nuestro objetivo se hubiera convertido en una dolorosa pérdida?).
Hay que interpretar/operar todos los temas que vayan surgiendo en el repertorio, en los gráficos, en corto o en largo según se den las circunstancias, y lo vayamos mirando y viendo y dándose las señales del sistema que hayamos aprendido o desarrollado. Igual luego el recorrido y el resultado podría haber sido mucho más amplio (pero igual también podríamos haber terminado abucheados y podríamos haber perdido, porque puede pasar cualquier cosa en cualquier momento...).
Hay que aprender a valorar el trabajo y el objetivo diario conseguido, siempre que cumplamos con nuestras reglas, y ya habrá tiempo para acelerar, cargar, tocar más temas y mercados, aumentar más contratos, cuando nos ganemos el derecho a ello.
Siempre hay que continuar siendo prudente y sumar todo lo que se pueda, haciendo crecer poco a poco la moral y la cuenta, intentando evitar querer siempre más puntos... pero sí querer más conocimiento, más moral, más disciplina y autocontrol.