2012: crecimiento heterogéneo en Europa, que se descuelga del resto del mundo.
Ajuste fiscal en Europa: sostenido y riguroso para ser creíble, y equilibrado para no agravar la recesión.
España, nuevamente en recesión, ante el reto de evitar una intensa destrucción de empleo.
Mejorar las expectativas de crecimiento exige la misma ambición en las reformas laboral y financiera que en la consolidación fiscal.
El crecimiento económico mundial se redujo de manera intensa durante los últimos trimestres de 2011 como resultado de un crecimiento más débil en Europa (con una caída en el cuarto trimestre) y una ralentización en las economías emergentes. Sin embargo, los motivos de esta desaceleración en ambas áreas no podrían ser más diferentes. Mientras que Europa se resiente por la persistencia de las tensiones financieras, dada la falta de avances decisivos en la resolución
de la crisis; el comportamiento de las economías emergentes es, entre otros motivos, el resultado de unas políticas más restrictivas, diseñadas para evitar su sobrecalentamiento.