Cierre de Wall Street.: Tras ocho jornadas de caídas del Dow, rebotan de la mano de bancos y petroleras.
El Dow Jones encadenó hasta ayer su peor racha de caídas desde 2011: ocho jornadas consecutivas de retrocesos. Eso sí, las caídas fueron en general moderadas. En esas ocho jornadas, el Dow cedió un 1.9%. Nada del otro mundo. Ése fue el costo de la derrota de Donald Trump en el Congreso con el “Obamacare”. Sin embargo, hoy Wall Street volvió a ganar terreno alentado por la expectativa de que la reforma tributaria, su plan de recorte de impuestos, sí saldrá adelante. Además, los datos de confianza del consumidor treparon en marzo a un máximo no visto desde el año 2000. Por tanto, la bolsa de Nueva York rebotó hoy con bastante firmeza liderado por el sector financiero, que ayer cerró en un mínimo de seis semanas.
Al cierre de la sesión, el Dow Jones ganó un 0.73% para terminar en los 20,701.50 pts mientras que el Nasdaq se elevó un 0.6% para concluir en los 5,875.14 pts. El S&P’s 500 se incrementó un 0.73% y acabó en los 2,358.57 pts. Pese al reciente declive de Wall Street, los retrocesos no han sido muy llamativos. Así, el Dow Jones apenas está a un 2.0% de su récord histórico, y el S&P’s 500 a un 1.5%.
Sin duda, uno de los factores que movieron al mercado hoy fueron los datos de confianza del consumidor. Fue el índice del Conference Board para el mes de marzo: inesperadamente su lectura fue de 125.6, dando un gran brinco respecto al mes de febrero cuya lectura fue de 116.1 (revisado al alza de 114.8). El número destrozó al consenso, que esperaba que el índice de confianza descendiera a 114.0. La lectura de marzo fue la más poderosa desde el año 2000, cuando la burbuja tecnológica estalló.
Ese dato parece corroborar el buen tono de la economía estadounidense, sobre todo del consumidor, y su buen humor para gastar. Otra cosa es que, como dice Janet Yellen, realmente el consumidor esté gastando más allá de mostrar un extraordinario optimismo.
Por otro lado, el mercado parece haber digerido ya la derrota de Trump con el “Obamacare” y espera que el presidente haya aprendido la lección y sea más cuidadoso con el plan de recorte de impuestos, de modo que esta vez no haya sorpresas. Gran parte del avance de Wall Street desde que Trump ganó se debe a la promesa de que Trump recortará los impuestos, algo sobre lo que es más fácil alcanzar un acuerdo.
También ayudó a la recuperación de Wall Street el repunte de los precios del petróleo. Los futuros del WTI ganaron un 1.3% y reconquistó los 48 dólares el barril para terminar en 48.33 dólares, en tanto los del Brent aumentaron un 1.1% a los 51.29 dólares. Ese rebote estuvo propiciado en parte por la noticia de que el mayor campo petrolero de Libia. Mañana se publican los inventarios de crudo, y el mercado podrá moverse bastante.
En lo que respecta la política monetaria, el vicepresidente de la Fed, Stanely Fischer, pareció estar conforme en que dos aumentos de tasas adicionales a lo largo de este año parece lo correcto, otra buena noticia para los mercados dada la influencia de Fischer en las decisiones de en el seno del Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC por sus siglas en inglés).
Por sectores del S&P’s 500 todos terminaron al alza, liderados por el financiero (+1.4%), seguido por el de energía (+1.3%), materiales (+1.1%) y sectores cíclicos como el industrial (+1.1%) y el de consumo discrecional tras el fabuloso dato de la confianza del consumidor (+0.8%).
En el mercado de renta fija, la tas ade 10 años, que ha pasado de 2.63% el pasado 13 de marzo a 2.38% al cierre de ayer, repuntó hoy 4 pbs para situarse en 2.42%. Los futuros del oro se depreciaron un 0.4% para cotizar en 1,254 dólares la onza, en tanto la plata se apreció un 0.4% a 18.18 dólares. En los metales industriales, el cobre avanzó un 1.3%.
Mañana, la jornada estará marcada por el inicio del proceso de Brexit. La primera ministra británica activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa. Por tanto, se iniciarán las negociaciones para culminar el divorcio. Entre tanto, el parlamento escocés volvió a votar a favor de un segundo referéndum para escindirse del Reino Unido y no perder su posición en la Unión Europea.