Volvemos a lo que le interesa a la mayoría de la gente, que es la inversión a corto y medio plazo. Pero, aunque parezca un contrasentido, lo hacemos con un gráfico de largo plazo. Este es el gráfico que nadie publica en las redes porque la mayoría de los “opinadores” profesionales —normalmente gente que no invierte ni por cuenta propia ni para terceros, pero opina profusamente—, ahora más conocidos como “influencers”, están fuera del mercado.
Pero no son solo los influencers, sino casi todos los analistas los que están deseando que las bolsas bajen para así justificar una posición que hoy en día es mayoritariamente bajista. Exactamente igual ocurriría con los alcistas si la posición del consenso fuera a la inversa, solo que hoy en día un “influencer” o analista alcista es un caso raro. Nosotros seguimos limitándonos a tratar de ser objetivos. Cuando al inicio del año se complicaron las cosas recomendamos acumular liquidez para aprovechar la caída y ahora intentamos detectar el suelo del mercado para comprar barato. Pero siempre en función de datos y cálculo de probabilidades, no de forma pasional o centrados en tener la razón antes que en ganar dinero.
Es la misma pregunta que se hace —y nos hace— todo el mundo: ¿ha tocado fondo ya el periodo bajista? La respuesta es doble: dependerá de si ya están descontadas todas las malas noticias y de que se mantenga la tendencia alcista que se inició en el año 2009. A la primera pregunta ya respondimos en el “Cuaderno” anterior, así que vayamos ahora al gráfico n.º 2 y miremos las cosas con perspectiva de análisis técnico. De momento, la conclusión es evidente: la bolsa norteamericana, la que marca el camino de todas las demás, se mantiene dentro de la tendencia alcista de largo plazo que inició en el año 2009 (línea verde).
Gráfico n.º 2: Índice S&P 500 desde 2008: caídas superiores al 20 %, oportunidades de compra
Si se fuera a mantener dicha tendencia alcista estaríamos ante una oportunidad de compra solo comparable a las que se produjeron en 2011 y 2020. Pero este razonamiento tiene un inconveniente para el inversor de corto plazo: en la reciente caída el índice ha respetado la línea verde que marca la tendencia alcista en vigor, pero no ha llegado a apoyarse en ella. El riesgo está en que podría hacerlo, es decir, buscar el suelo en mínimos inferiores a los del mes de julio (sin por ello abandonar la línea de tendencia alcista de largo plazo).
Ahora bien, la pendiente de la línea de tendencia (color verde) está condicionada por un evento extraordinario: la llegada del COVID, evento que lógicamente generó auténtico pánico y, por lo tanto, una caída con una pendiente extraordinariamente inclinada.
En otras palabras, si la caída hubiera sido por un motivo económico o financiero “normal”, probablemente la inclinación no habría sido tan violenta. Además, el punto de partida de la tendencia alcista de largo plazo también es una situación extrema, pues corresponde con una crisis financiera, solo comparable a la que llevó a la gran depresión. Y por lo tanto una caída muy superior a la media histórica (la caída media en los mercados bajistas se mueve un poco por debajo del 30 %). Esto también afecta a la pendiente de la línea de tendencia de largo plazo.
En nuestra opinión, ni aquella crisis ni la llegada del COVID son comparables a una situación relativamente normal como que la Reserva Federal tenga que subir los tipos de interés para combatir la inflación. En consecuencia, y saltándonos en cierta medida las normas del análisis técnico pero inyectando cierta dosis de sentido común, hemos añadido una línea que no es técnicamente tan correcta, pero que pensamos refleja mejor lo que era la tendencia subyacente hasta la llegada del COVID.
Es la línea naranja, que une los mínimos provocados por situaciones más parecidas, en cuanto a gravedad, a la actual. Si la hipótesis que representa la línea naranja fuera correcta, desde un punto de vista técnico serían muchas las probabilidades de que el mercado haya tocado fondo en junio. Ahora nuestro trabajo como asesores es tomarle la medida al mercado, siguiendo atentamente los indicadores adelantados que afectan a la inflación y ver si todo ello coincide o no con dicha hipótesis o si hay que esperar un poco más.