Vamos a ver un poquito de conceptos básicos de economía, concretamente utilidad marginal, eficiencia y recursos decrecientes.
El concepto de utilidad marginal es muy interesante. Se refiere a la cantidad de utilidad que un determinado bien reporta y suele depender de cuánto de ese bien ha recibido ya una persona. Vamos a ver un ejemplo muy sencillo y práctico al respecto: si una persona tiene mucha hambre la primera porción de pizza que se comerá le reportará mucha utilidad. La segunda porción también le aportará mucho pero menos que la primera que le supo a gloria bendita al estar “muerto de hambre”. Si continúa comiendo, resulta que la quinta porción de pizza ya no le aporte nada, es más, que le empiece a resultar un esfuerzo comerla y que ya no le apetezca.
Esto es lo que se conoce como utilidad marginal decreciente. Cada porción de pizza aporta menos utilidad que la anterior, de manera que la utilidad marginal que cada porción aporta disminuye a medida que se come más.
Existen dos tipos de eficiencias:
- Eficiencia productiva: consiste en producir un tipo de bien o servicio utilizando la cantidad mínima de recursos.
- Eficiencia distributiva: supone producir bienes y servicios que resultan muy útiles a las personas y se producen en cantidades correctas.
Cuando hablamos de lo que es posible de producir, hay que ver dos elementos o factores que inciden directamente en la cantidad máxima que se va a producir:
- Recursos limitados: si fuesen limitados los recursos, también lo serían los bienes y servicios.
- Rendimientos decrecientes: significa que cuanto más se produzca de algo más caro resulta producirlo, aunque las primeras unidades tengan un coste de producción bajo, las siguientes cuestan cada vez más y con el tiempo los costes superan a los beneficios, limitando su producción.
Hay un principio muy claro, sencillo y evidente en economía en lo relativo a la producción: si se pone a una persona a trabajar y tiene un capital humano alto, producirá más y de mejor calidad que otra persona con capital humano bajo, aunque ambas proporcionen la misma cantidad de trabajo en lo referente a horas echadas. Es por ello que los trabajadores cualificados (capital humano elevado) reciben una mayor remuneración económica que los trabajadores no cualificados (capital humano bajo). De manera que si una sociedad aumenta el capital humano de sus trabajadores, producirá más con los mismos recursos y dichos trabajadores cobrarán más dinero y tendrán un nivel de vida mayor.
Los rendimientos decrecientes son un factor económico básico para determinar exactamente qué producir, dada la oferta limitada de recursos. Se les conoce también como principio de la fruta fácil de recolectar. Por ejemplo: una persona va a recoger melocotones. Durante las primeras horas coge muchas porque se dedica a aquellos que están a al alcance de sus manos. en las siguientes horas coge menos porque ha de hacer un mayor esfuerzo para coger las frutas y le lleva algo más de tiempo, de manera que la productividad se reduce a medida que trabaja más horas.
También, siguiendo con el mismo ejemplo, se puede ver de otra forma. Si el trabajador cobra 8 euros por hora trabajada, el coste por recolección de melocotones durante la primera hora es por ejemplo 3 céntimos por melocotón, pero como en las siguientes hora recoge menos frutas, cada melocotón ahora son 4 céntimos (ya que al trabajador se le paga 8 euros por hora siempre). al final, llega un momento en el que el efecto de los rendimientos decrecientes incrementa el precio, con lo que no se sigue asignando más recursos de trabajo a recolectar más melocotones.
En economía existe el llamado gráfico frontera de posibilidades de producción (FPP), también conocido como curva de posibilidades de producción, que permite visualizar el efecto de los rendimientos decrecientes y observar los intercambios que se producen cuando se transfieren recursos de la producción de un bien a la producción de otro bien.