Las bolsas europeas cerraron ayer de forma mixta, aunque sin apenas cambios respecto al cierre del día anterior, en una jornada en la que no se produjeron grandes noticias que movieran los índices. Destacó el buen comportamiento de los bancos europeos al principio de la sesión, aunque el sector terminó cediendo gran parte de la subida inicial (los bancos italianos fueron la excepción, destacaron por su peor comportamiento y cerraron con importantes pérdidas).
Los inversores han comenzado a descontar un escenario de progresiva normalización monetaria tras los comentarios del miércoles de varios miembros del Banco Central Europeo (BCE), que confirmaron que la próxima semana el banco central podría comenzar a discutir la finalización del programa de compra de bonos que está llevando a cabo, paso previo antes de comenzar a subir los tipos de interés, a pesar de la ralentización del crecimiento económico que están mostrando los últimos datos publicados en Europa y de las dudas que el nuevo Gobierno de Italia plantea a los inversores.
Dicho escenario de mayores tipos se traduce en un impulso a las cotizaciones de los bancos (aunque el peso de la nueva regulación y los coletazos de la crisis financiera siguen pesando en sus cotizaciones), a las rentabilidades de los bonos europeos y al euro, que ayer recuperó los niveles de mediados del mes de mayo. Por su lado, el sector energético fue el que mejor se comportó gracias a la subida de los precios del crudo.
Los índices bursátiles estadounidenses también cerraron de forma mixta, y prácticamente planos, a excepción del Nasdaq, en el que los valores tecnológicos tienen un elevado peso, y que perdió un 0,7% ayer tras haber marcado tres récords históricos consecutivos en las sesiones precedentes. Al igual que en Europa, el sector que mejor se comportó fue el de la energía, gracias a la subida de los precios del crudo.
Hoy la agenda macro vuelve a ser ligera, destacando las cifras de producción industrial de abril de Alemania y Francia, así como la balanza comercial de Alemania para el mismo mes, señalar que los pedidos de fábrica publicados ayer en Alemania en el mes de abril fueron mucho peores de lo esperado, lo que vendría a confirmar que continua la desaceleración de esta economía. Otra referencia a vigilar será el diferencial de la rentabilidad del bono italiano frente al alemán, que está volviendo a repuntar, ya que, aunque ha quedado descartado que el nuevo Ejecutivo baraje la idea de sacar a Italia del euro, las dudas que plantea su política fiscal no se han disipado.
Por otro lado, hoy comienza la reunión del G7, por lo que es de esperar que las tensiones comerciales entre EE.UU. y sus aliados sigan dándonos nuevos titulares. No esperamos que se produzcan grandes avances en la reunión, que el presidente Trump abandonará antes de que concluya, tras haberse producido un rifirrafe entre el presidente de EE.UU, Donald Trump, y sus homólogos francés, Emmanuel Macron, y canadiense, Justin Trudeau, a través de Twitter.
Esperamos que este deterioro en las relaciones entre EE.UU. y sus socios europeos y canadienses sí pese hoy en las bolsas europeas, que esperamos que abran con descensos. Además, creemos que los inversores se decantarán por la prudencia ante las tres grandes citas de la próxima semana: la reunión entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-Un, el martes; la reunión de la Reserva Federal Fed estadounidense el martes y el miércoles; y la del BCE el jueves.
Recordamos que se da casi por seguro que la Fed subirá en 25 puntos básicos sus tipos de interés de referencia el próximo miércoles, con lo que ya serían dos subidas en lo que va de 2018. Tras las fuertes cifras macro que se vienen publicando en el país es posible que en 2018, además de una tercera subida ya anticipada por la Fed, se produzca una cuarta. Por el contrario, la desaceleración que parece que sigue padeciendo la economía europea en el primer trimestre de 2018 no facilita nada al BCE continuar con su proceso de normalización progresiva de la política monetaria, lo que sería conveniente que comenzara a hacer antes de que el ciclo económico vuelva a decaer, con el fin de tener margen de maniobra para volver a incrementar su estímulo a la economía cuando sea necesario.
Por ello, será importante analizar los argumentos que emplee el presidente del BCE, Mario Draghi, en la conferencia de prensa de la próxima semana.