Tal y cómo habían anticipado todas las encuestas, los italianos rechazaron ayer en referéndum la reforma de la constitución propuesta por el Gobierno del primer ministro Renzi.
Cabe destacar que el rechazo ha sido mayoritario, con casi el 60% de los ciudadanos votando en contra de los cambios en la Constitución, lo que deslegitima a un Renzi que diseñó el referéndum como una especie de “moción de confianza” a su Gobierno y que, tras perderlo de forma “aparatosa”, ha anunciado que esta tarde presentará su dimisión al presidente de Italia, Sergio Mattarella quien, tras el rotundo resultado de la consulta, creemos que no intentará convencer a Renzi para que siga al frente del Gobierno.
En este sentido, la opción más factible es la de que mande formar Gobierno a otro miembro del partido de Renzi, un Ejecutivo de corte tecnócrata que creemos que se limitará a terminar de modificar la ley electoral italiana y convocará elecciones para el 2017.
Así, señalar que Italia no tenía previsto la celebración de elecciones generales hasta 2018, pero el resultado del referéndum y la fuerte presión que van a ejercer los partidos de la oposición hace poco viable que el nuevo Gobierno sobreviva hasta el final de la legislatura –el populista de izquierda Movimiento 5 Estrellas ya ha solicitado la celebración inmediata de elecciones-.
De cómo se resuelva la “crisis política” en la que ha caído, una vez más, Italia va a depender cuánto va a durar la inestabilidad que esperamos afecte a los mercados financieros de la región del euro, al menos hasta que se aclare el escenario político en el país.
La primera reacción de los inversores no se ha hecho esperar, provocando una fuerte caída del euro, que esta madrugada ha llegado a marcar su nivel mínimo frente al dólar desde marzo de 2015 para posteriormente recuperar algo del terreno perdido.
Entendemos que en los próximos días la huida de los inversores hacia activos de menor riesgo será una constante, lo que facilitará la reducción de las rentabilidades de los bonos de países como Alemania o EE.UU. y la revalorización de divisas como el dólar, el yen o el franco suizo.
También es factible que el oro y otras materias primas utilizadas habitualmente como refugio “cumplan” con su función.
En sentido contrario, la renta variable, especialmente la europea, se va a ver presionada a la baja, al menos en un principio, con el sector bancario a la cabeza. Recordar que esta semana la tercera mayor entidad de crédito italiana y la más antigua del mundo, el Monte dei Paschi (MI:BMPS) de Siena, tenía previsto iniciar una ampliación de capital por importe de 5.000 millones de euros.
Según reflejan algunas agencias de noticias, los gestores del banco se reunirán hoy para decidir si siguen adelante con la operación o no. El resultado del referéndum y, sobre todo, la “crisis política” generada por Renzi al ligar el resultado del mismo a su futuro político, complica y mucho el proceso de reestructuración por el que atraviesa el sector bancario italiano, que obliga a muchas de estas entidades a acudir a los mercados en busca de nuevos recursos.
De ser incapaces de hacerlo, y la inestabilidad política juega claramente en contra de sus intereses, es muy factible que el Gobierno italiano tenga que acudir en su auxilio. El cómo lo hará es otra historia y, entendemos, un futuro motivo de enfrentamiento con los socios de Italia en la UE-28.
Otra cuestión es poder determinar en qué manera la “crisis italiana” y las dificultades de sus bancos para recapitalizarse van a contagiar a otros países/bancos de la región. En principio esperamos que el sector bancario de la zona euro en su conjunto sea hoy penalizado, al menos hasta que se sepa qué es lo que va a pasar en Italia.
Otro activo que en teoría debería reflejar la incertidumbre generada tras el resultado del referéndum en Italia son los bonos soberanos del país y del resto de los países de la periferia del euro. No obstante, la “intervención” del Banco Central Europeo (BCE) que, además, celebrará el jueves la reunión de política monetaria mensual de su Consejo de Gobierno, es factible que logre evitar que las rentabilidades de estos activos se disparen al alza. No obstante, los bonos soberanos serán también una buena referencia para saber hasta qué punto la “crisis italiana” se puede extender a otros países.
Por tanto, esperamos una apertura claramente bajista de las bolsas europeas, con el sector bancario como uno de los “más perjudicados”. A medida que avance la sesión y se vaya aclarando el escenario político al que se enfrenta Italia en los próximos meses los mercados reaccionarán en consecuencia. Lo normal es que desde Italia se lancen mensajes de tranquilidad aunque está por ver si éstos tienen efecto en los inversores.
Por lo demás, señalar que hoy se publican en Europa y EE.UU. los importantes índices adelantados de actividad de los sectores de servicios, correspondientes al mes de noviembre, que esperamos confirmen que la recuperación de estas economías sigue avanzando (ver estimaciones en cuadro adjunto) aunque, como hemos señalado, la atención de los inversores hoy la monopolizará la Italia “post referéndum”.