Bruselas, 9 nov (.).- Las ayudas que la Unión Europea (UE) dio entre 2014 y 2020 a las regiones productoras de carbón sirvieron poco para impulsar la transición energética, según un informe del tribunal de Cuentas de la UE publicado este miércoles.
Los auditores concluyen también que pese a algunos avances, "el carbón sigue siendo una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero en algunos Estados miembros".
El informe pasa revista al impacto de los 12.500 millones de euros en subvenciones europeas concedidas por la UE a siete regiones productoras en el período 2014-2020, incluidas Asturias, Palencia y León.
Las otras cuatro regiones analizadas se sitúan en Alemania, Chequia, Polonia y Rumanía.
Según la auditoría realizada, aunque la producción se ha reducido significativamente, la combustión de carbón siguió siendo el origen del 15 % de las emisiones de gases de efecto invernadero de la UE en 2019.
En España, las emisiones de dióxido de carbono (CO2) procedentes de la combustión de carbón para la generación de electricidad y calor se redujeron un 63 % entre 2013 y 2019.
Sin embargo, alrededor del 40 % de este descenso de las emisiones se vio acompañado de un mayor uso de combustible fósil, constatan los auditores.
Algunos países, como Alemania y Polonia, aumentaron significativamente sus importaciones de carbón en los últimos 15 años.
Como consecuencia, "el carbón ha seguido siendo una fuente importante de emisiones de gases de efecto invernadero, especialmente en Polonia, la República Checa, Bulgaria, Alemania, Eslovenia y Rumanía", señala el documento.
Los auditores también indican que no se ha prestado suficiente atención a las emisiones de metano procedentes de minas de carbón cerradas o abandonadas.
Tampoco observaron ningún impacto significativo en la capacidad de producción de energías renovables en las regiones que examinaron.
El informe recuerda, por otra parte, el importante impacto en el empleo que tuvo la reducción de la producción de carbón.
En algunas regiones, como Lausitz (Alemania) y Silesia (Polonia), la pérdida de empleo se tradujo en jubilaciones, mientras que en otras, como Moravia-Silesia (República Checa), se plasmó en despidos.
Los trabajadores que perdieron el empleo pudieron acceder a formación financiada por la UE, pero los auditores carecen de datos sobre su participación y no pueden determinar si esta formación les ayudó a encontrar nuevas oportunidades laborales.
Tras la auditoría, el Tribunal de Cuentas de la UE ha pedido que el nuevo Fondo de Transición Justa de la Unión Europea se utilice de manera eficaz y eficiente para mitigar el impacto socioeconómico en las regiones carboníferas de la transición de la UE hacia la neutralidad climática.
Ese fondo, creado en junio de 2021, pondrá 19.300 millones de euros a disposición de las regiones y sectores más afectados por la transición durante el período 2021-2027.
Los auditores advierten por otro lado de que la guerra en Ucrania y sus efectos en el mercado energético también pueden provocar retrasos en el camino hacia el abandono del carbón.
Nikolaos Milionis, miembro del Tribunal responsable de la auditoría, explicó en rueda de prensa que la Comisión Europea debe asegurarse de que el dinero de la UE apoye una vía clara para la transición, teniendo en cuenta las tensiones en el mercado de la energía tras la invasión rusa de Ucrania.
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