Sídney (Australia), 5 mar (.).- La firma financiera anglo-australiana Greensill se encuentra más cerca del colapso financiero tras una semana de lucha en los tribunales de Australia para salvar sus pólizas y conocerse que uno de sus mayores clientes, GFG Alliance, dejó de pagarle.
La firma, fundada en 2011 por el millonario australiano Lex Greensill y que cuenta entre sus consejeros al ex primer ministro británico David Cameron, se ha acogido a las leyes de insolvencia en Australia, según informan medios como el Sydney Morning Herald (SMH), aunque la sede de Greensill en Sídney se mantiene hermética.
Además, Greensill acudió al Tribunal Supremo del estado de Nueva Gales del Sur para conseguir una extensión de sus pólizas, que vencieron el 1 de marzo, pero su pedido fue denegado el lunes pasado.
Greensill logró sin embargo un acuerdo a mediados de semana con las aseguradoras Tokio Marine e IAG (MC:ICAG) Insurance Australia (IAL), a las que había demandado junto a BCC Trade Credit por cancelarle sus pólizas, según informa el SMH.
El portal especializado en seguros Insurance detalló que IAG era propietaria del 50 por ciento de BCC, que fue adquirida por Tokio Marine en 2019.
Los documentos de ese proceso judicial entre la financiera y la aseguradora muestran que Greensill argumentó que la pérdida del seguro de los créditos, que los protegen de las deudas adquiridas por sus clientes, pondrían en peligro unos 50.000 empleos en el mundo, incluyendo 7.000 en el país oceánico.
Según el diario Australian Financial Review, las aseguradoras le comunicaron a Greensill que retirarían la cobertura por un valor de 4.600 millones AUD (3.589 millones USD o 2.976 millones EUR), lo que cubre el riesgo de impago de sus clientes.
La financiera además sumó otro revés al conocerse este viernes que GFG Alliance, del multimillonario Sanjeev Gupta y dueña de una siderúrgica en el sur de Australia, dejará de pagar a Greensill.
El Comisario de la Pequeña Empresa de Australia del Sur, John Chapman, le pidió en una carta a Gupta que garantice los pagos a cientos de contratistas y proveedores "independientemente de lo que ocurra con su financiador Greensill", según citó la cadena local ABC.
El grupo lucha por su supervivencia después de que a principios de la semana, el banco suizo Credit Suisse (SIX:CSGN) y el fondo también helvético GAM (MC:GALQ) Holdings retiraron su financiación (10.000 y 842 millones de dólares, respectivamente) al tener dudas sobre el valor real del grupo, lo que, según el SMH motivó que Greensill buscara acogerse a las leyes de insolvencia de Australia.
Esto se sumó a que las autoridades alemanas suspendieran este miércoles la actividad del banco Greensill Bank, lo que complica la situación de su matriz, con unos 4.500 millones de euros (unos 5.432 millones de dólares) en activos al cierre de 2020.
Según el medio Financial Times, se ha presentado una denuncia penal contra la dirección del banco por sospecha de manipulación de balance tras una auditoría de KPMG y la Fiscalía de Bremen.
La firma, que ofrece lo que se conoce como "financiación de la cadena de suministro", por la que adelanta los pagos a los proveedores a unos precios con descuentos sobre la factura inicial, tiene el grueso de su actividad en Londres y cuenta con oficinas en EE. UU, Alemania y Australia, donde está registrada su matriz.