Si bien la semana pasada me puse mi traje anarquista, en esta oportunidad le agregaré un toque fatalista. Y si, leyeron bien, estoy afirmando que Bitcoin no es el futuro. ¿Estoy exagerando? Es muy probable y también es muy posible que esto solo sea el pensamiento que viene cuando ya tienes 3 semanas solo encerrado por la cuarentena, pero bueno, es lo que hay.
¿Cómo se me ha ocurrido decir semejante blasfemia en un Viernes Santo? Debo decir que para mí no es fácil poder afirmar que Bitcoin no es el futuro y que, de hecho, me gustaría ni considerarlo, pero es lo que tenemos. La sociedad que tenemos hoy en día no está (ni estará) interesada en su mayoría en Bitcoin.
¿En qué me baso para dar tal afirmación? Simple, en el comportamiento social que podemos ver a nuestro alrededor. Estamos en una sociedad que no valora en lo más mínimo su privacidad. Principalmente las generaciones venideras (y las no tan venideras también), están ambicionando cada vez más ser públicos y notorios.