Las innovaciones en el espacio de las criptomonedas aparecen a diario. Ya sea a través de aplicaciones descentralizadas o de nuevas formas de implementar y utilizar tokens no fungibles (NFT) dentro de las finanzas descentralizadas, la tecnología blockchain está innovando a la velocidad de la luz. ¿Lo único que falta? La adopción generalizada. Uno de los obstáculos es la naturaleza pública de la blockchain. Las DeFi, tal y como funcionan ahora, carecen de una privacidad significativa. Para catalizar una amplia adopción por parte de las empresas, los gobiernos y los individuos, los que ejecutan las transacciones de blockchain deben esperar una privacidad regular y consistente.
En primer lugar, tenemos que definir lo que significa la privacidad. No significa seudonimato, que la criptomoneda pretende tener ahora. Una privacidad adecuada significa que una cuenta financiera personal no será rastreada y que la riqueza de un individuo no será expuesta. Significa que una empresa puede proteger sus secretos comerciales. La privacidad significa que las finanzas de un gobierno son asunto de su gente, no de vecinos peligrosos.
La criptomoneda es solo eso: una moneda. Con el convoy de camioneros canadiense y la guerra rusa contra Ucrania provocando un cambio de vibra de las criptomonedas, éstas seguirán siendo tratadas como una moneda, independientemente de que estén reguladas como tal. Es un activo financiero, y nuestra comprensión actual de la privacidad financiera personal apoya el movimiento hacia la privacidad a través de DeFi. La Unión Europea ha adoptado el Reglamento General de Protección de Datos, al que están obligadas todas las entidades de Internet que operan en la UE. En un nivel más tradicional, los bancos fiduciarios tienen múltiples protocolos de privacidad, muchos de los cuales están sujetos a errores humanos. La privacidad es natural, y a menudo no se valora hasta que se elimina.