Río de Janeiro, 29 dic (EFE).- Las cuentas públicas brasileñas acumularon en los once primeros meses del año un déficit fiscal primario de 39.520 millones de reales (unos 10.133,3 millones de dólares), el mayor registrado en el período, informó hoy el Banco Central.
El déficit hasta noviembre en las cuentas del Gobierno central de Brasil, de los gobiernos regionales y municipales y de las empresas estatales prácticamente duplica el de los primeros once meses del año pasado, que sumó 19.640 millones de reales (unos 5.035,9 millones de dólares).
Fue precisamente el déficit fiscal récord de 2014, un año electoral en el que los gastos públicos se multiplicaron, el que obligó al Gobierno a anunciar en enero pasado un severo ajuste fiscal con elevación de impuestos y reducción de gastos, que aún no fue totalmente aprobado por el Congreso.
Las medidas de austeridad, sin embargo, no impidieron que el déficit en las cuentas públicas continuara aumentando.
Tan sólo en noviembre los gastos del sector público superaron los ingresos en 19.560 millones de reales (unos 5.015,4 millones de dólares), el mayor déficit primario (que no incluye los recursos destinados al pago de intereses de deuda) para este mes en la historia del país.
El mayor déficit registrado en un mes de noviembre hasta ahora era el de 2014, cuando los gastos superaron los ingresos en 8.080 millones de reales (unos 2.071,8 millones de dólares).
El Gobierno atribuye los malos resultados a la recesión que enfrenta Brasil, que redujo significativamente la recaudación de impuestos.
"Vamos a terminar el año con una contracción económica significativa y eso obviamente se refleja en la recaudación", dijo el jefe del Departamento Económico del emisor, Tulio Maciel.
El déficit público, sin embargo, es muy superior al admitido por el Gobierno ya que, teniendo en cuenta el pago de intereses, los gastos del sector público brasileño superaron los ingresos en los últimos doce meses en 549.000 millones de reales (unos 140.769,2 millones de dólares), lo que ubica el déficit nominal de Brasil en el equivalente al 9,30 % del PIB.
El histórico déficit elevó la deuda pública bruta brasileña al equivalente del 65,1 % del Producto Interior Bruto (PIB), el mayor nivel medido desde diciembre de 2006 y casi ocho puntos porcentuales superior a la deuda en diciembre del año pasado, que era equivalente al 57,2 % del PIB.
Las maltrechas cuentas públicas justificaron la decisión de dos agencias de calificación de riesgo de reducir la nota de la deuda brasileña al equivalente a bonos basura, con lo que Brasil perdió el "grado de inversión" que lo presentaba como buen pagador.
Tras reconocer que no cumpliría la meta de superávit fiscal que se había impuesto para este año, el Gobierno le pidió al Congreso que aprobara este mes como nueva meta para 2015 un déficit fiscal primario de 119.000 millones de reales (unos 30.900 millones de dólares), equivalente al 2 % del PIB.
Esa nueva previsión de déficit ya tiene en cuenta el pago en diciembre de unas deudas calculadas en 57.000 millones de reales (unos 14.805 millones de dólares) que el Gobierno mantiene con la banca pública y que hasta ahora no habían sido contabilizadas en los balances oficiales.
Esas deudas son consecuencia de que el Gobierno dejó de depositar en la banca pública, usada como agente de pagos, parte de los montos previstos para seguros de desempleo, subsidios a las familias más pobres y créditos para campesinos, entre otras obligaciones.
Este mecanismo para "maquillar" los resultados fiscales justificó la petición que hizo la oposición, ahora ya en trámite, para que el Congreso inicie un juicio político con fines de destitución a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff.