Fráncfort (Alemania), 11 nov (.).- Los economistas del Banco Central Europeo (BCE) desconocen si el impacto de la pandemia de la covid-19 en la economía "será transitorio o permanente" y consideran que "existe el riesgo de secuelas en la producción a largo plazo".
En un recuadro del boletín económico, las economistas del BCE Julia Doleschel y Ana-Simona Manu dicen que "la recesión causada por la pandemia de coronavirus (covid-19) afectó al producto potencial tanto en las economías avanzadas como en las emergentes, pero aún se desconoce si su impacto será transitorio o permanente".
"Muchos trabajadores han sido apartados del mercado laboral, al menos temporalmente, lo que podría derivar en pérdidas de competencias laborales o en su exclusión permanente de este mercado", según Doleschel y Manu.
Los programas de mantenimiento del empleo durante la pandemia preservaron puestos de trabajo y protegieron a las empresas pero "podrían haber impedido la reasignación de trabajadores y obstaculizado el avance de la productividad", añaden.
El aumento de la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y las medidas de confinamiento provocaron una caída de la nueva inversión.
En los dos primeros trimestres de 2020, la formación bruta de capital fijo mundial (excluida la zona del euro) se redujo alrededor de un 10 % con respecto al último trimestre de 2019.
En comparación, la Gran Recesión supuso un descenso acumulado mucho mayor de la acumulación de capital mundial, pero se produjo a un ritmo más lento.
"En cambio, la disminución de las horas trabajadas durante la pandemia fue mucho más acusada que en el período de la Gran Recesión, debido tanto a las mayores pérdidas de empleo como al descenso de las horas trabajadas por ocupado", según el artículo.
En 2020 las horas trabajadas descendieron un 8 % con respecto a 2019, aproximadamente 2,5 veces más que durante la Gran Recesión.
El deterioro del mercado de trabajo se observó en todos los países, aunque fue algo más pronunciado en las economías emergentes.
Durante la Gran Recesión, la reducción del total de horas trabajadas fue consecuencia, en gran parte, de pérdidas de empleo, y fue mayor en las economías avanzadas.
Durante la pandemia, las madres, en particular aquellas con hijos más pequeños, han sido más propensas a asumir las responsabilidades de su cuidado.
Por ello, el impacto sobre el empleo potencial probablemente tenga su origen en la disminución de la participación femenina en el mercado de trabajo.
La caída de la participación laboral de las madres contribuyó en torno a un 20 % al descenso de la participación total de trabajadores entre los 25 y los 54 años.
En las economías avanzadas el desempleo de larga duración aumentó alrededor de 1,5 puntos porcentuales, una cifra inferior a la de la Gran Recesión.
Pero el mercado de trabajo puede sufrir daños persistentes si las personas permanecen sin trabajar durante más tiempo, pierden sus habilidades o se desaniman.
"En general, el nivel del producto potencial mundial ha disminuido durante la pandemia, aunque menos que en el período de la Gran Recesión, y principalmente como consecuencia de factores temporales", según Doleschel y Manu.
Los estímulos de las políticas monetaria y fiscal contribuyeron a evitar una oleada de quiebras y el desempleo masivo.
Por ello, advierten de que "una retirada prematura del apoyo podría ser costosa y lastrar el producto potencial de la economía", por ejemplo, a través de quiebras ineficientes y retiradas de capital.
Doleschel y Manu recomiendan políticas de empleo adecuadas para promover una recuperación equitativa y sostenible de la crisis y ayudar a los trabajadores a evitar su desvinculación permanente del mercado laboral.