Berlín, 13 feb (EFE).- El miembro francés del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE), Benoît Coeuré, aseguró hoy que el objetivo de la institución no es que la actual fase de tipos bajos se convierta en la normalidad, pero destacó la necesidad de mantenerla para elevar la inflación y proteger la recuperación.
En una entrevista con el diario alemán "Rheinische Post", explica que los tipos bajos de interés se mantendrán "el tiempo necesario", es decir, hasta que la tasa de inflación se acerque al objetivo del 2 %.
Según apunta, se detectan nuevos riesgos a la baja, principalmente por la caída del precio del petróleo y la disminución del crecimiento global, a lo que se añade la volatilidad en los mercados financieros de los últimos días.
"Si eso continúa durante demasiado tiempo, puede aumentar el riesgo de que se retrase la subida de la inflación", señala tras recordar que el BCE presentará en marzo sus nuevas proyecciones.
Su consejo a los gobiernos de la eurozona es usar el ahorro que están consiguiendo por el bajo coste de la deuda en medidas que favorezcan el crecimiento, como recortes en los impuestos sobre las rentas del trabajo, incentivos a la inversión privada o reducción del déficit si es necesario.
Preguntado sobre si el BCE está dispuesto a una política más expansionista para prevenir una eventual deflación, insiste en que dependerá del desarrollo global.
"Si es necesario estamos preparados para usar todos los instrumentos a nuestra disposición", lo que incluye la política de tipos y el tamaño, la composición y la duración de las compras de activos, señala Coure para recalcar que se tomará una decisión en marzo.
Alejarse de esa política monetaria expansionista, añade, exige políticas nacionales que apoyen el crecimiento; "Si eso no ocurre, tendremos que mantener los tipos bajos durante mucho tiempo".
Coeuré relaciona las generalizadas caídas bursátiles de los últimos días a diversos factores, como la preocupación de los inversores ante una ralentización de la economía mundial, especialmente en China, la incertidumbre ante el impacto de los bajos precios del petróleo y las preguntas en torno a la rentabilidad del sector bancario,
A su juicio, los bancos europeos están en una posición "mucho mejor" que durante el apogeo de la crisis de la deuda -en 2011 y 2012- y el reto ahora es afrontar la baja rentabilidad, también relacionada con el actual nivel de crecimiento.
No olvidó tampoco que hay bancos con un nivel elevado de morosidad heredada de la crisis, pero recordó que todos esos problemas han sido identificados y consideró que lo que se requiere es "una acción contundente" para resolverlos.
Tras destacar que la zona euro está creciendo entre el 1 y el 1,5 %, lo que ayuda a la recuperación bancaria, descarta una nueva crisis financiera si se mantiene esa senda.
Ante el caso de Grecia, pide a este país cumplir los compromisos adquiridos para recibir el tercer paquete de ayudas y no mezclar la crisis de los refugiados en el debate.
"Es en interés de los griegos que su economía se fortalezca, con independencia de la cuestión de los refugiados. Por ejemplo, debe, en cualquier caso, realizar una reforma sostenible de sus sistema de pensiones.
"Los expertos de la Comisión Europea, el BCE y el FMI ha mantenido conversaciones productivas en Atenas, pero no estamos todavía donde queremos estar", señala.