Londres, 1 oct (EFE).- El portavoz de Economía del Partido Laborista británico, Ed Balls, propuso hoy durante el congreso anual de la formación medidas para fomentar el crecimiento económico en el Reino Unido, entre una creciente polémica con los sindicatos.
En un discurso ante los militantes, reunidos en Manchester (norte de Inglaterra) hasta el jueves, Balls expuso su plan económico, que incluiría destinar los 4.000 millones de libras (4.700 millones de euros) de ingresos estimados por licencias para móviles 4G a la construcción de 120.000 viviendas a precios asequibles.
Además, si los laboristas ganaran las elecciones en 2015, suspenderían el pago de escrituras para las personas que compraran su primera casa, hasta un valor de 250.000 libras (312.000 euros), dijo.
La intervención de Balls era esperada para conocer los planes para la economía del Partido Laborista -en la oposición desde mayo de 2010-, al que se acusa de criticar los recortes del Gobierno de coalición sin proponer una clara alternativa.
De hecho, se espera que el discurso de mañana del líder, Ed Miliband, acabe de precisar la propuesta del Laborismo, en un momento en que el partido aventaja a los conservadores en las encuestas, si bien no así su candidato a primer ministro.
El congreso laborista, que sucede al liberaldemócrata y precede al de los "tories", está marcado este año por una polémica con los sindicatos, fundadores del partido a principios del siglo XX y sus principales benefactores.
Miliband y Balls han soliviantado a los líderes sindicales al apoyar la congelación salarial en el sector público auspiciada por el Gobierno de David Cameron, con el argumento de que la prioridad deber ser no los sueldos, sino la creación de empleo.
Sin embargo, los sindicatos sostienen que esto empobrece a personas ya de por sí mal pagadas, lo que está creando una nueva clase social, la de "pobres que trabajan".
Se espera que hoy mismo los sindicatos sometan a votación una moción de condena de la postura de la cúpula laborista.
Para distanciarse de estas presiones, Miliband ha subrayado que, pese a que soportan económicamente al partido, los sindicatos "no lo dominan", por lo que continuará con su plan, dirigido a llegar "a la mayoría de los ciudadanos".
El líder laborista, que ganó el liderazgo del partido en 2010 por delante de su hermano David, ha asegurado no obstante que no piensa desligarse de las organizaciones de trabajadores -pese a las constantes críticas por ese vínculo de conservadores y liberaldemócratas-.
Otro punto de fricción con los sindicatos es que Miliband no se quiere comprometer a revertir los recortes presupuestarios aplicados por el Ejecutivo de Cameron, que han conllevado la reducción de los servicios públicos y cientos de miles de despidos en ese sector. EFE