Por Leika Kihara
TOKIO (Reuters) - La contracción de la economía de Japón entre julio y septiembre fue más profunda de lo que se estimó previamente por declives en el gasto de capital, según cifras revisadas divulgadas el lunes, que respaldan la reciente decisión del primer ministro Shinzo Abe de aplazar una segunda alza del impuesto a las ventas.
Los datos indicaron que el impacto por el alza al impuesto sobre las ventas en abril fue mayor de lo esperado.
Abe, quien llamó a elecciones anticipadas para el domingo, espera que los votantes respalden sus políticas de estímulo y que la decisión de aplazar el próximo año un segundo aumento al impuesto sobre las ventas reviva la maltrecha economía.
La revisión a una contracción anualizada del 1,9 por ciento, más que la caída anunciada preliminarmente de 1,6 por ciento, confirmó que la tercera mayor economía del mundo cayó en recesión y apenas se espera un modesto repunte en el trimestre actual. La cifra se compara con la proyección de economistas de una contracción del 0,5 por ciento.
"Los datos confirmaron dos trimestres seguidos de recesión", dijo Takeshi Minami, jefe economista del Norinchukin Research Institute. "El bajo crecimiento salarial en particular podría arrastrar el consumo privado y a toda la actividad económica".
En la relación intertrimestral, la economía cayó un 0,5 por ciento entre julio y septiembre frente a una lectura preliminar de una contracción de 0,4 por ciento y ante una proyección del mercado de una baja de 0,1 por ciento, mostraron cifras de la Oficina del Gabinete.
El factor clave de la caída fue un declive de 0,4 por ciento en el gasto de capital, que fue revisado desde una baja preliminar de 0,2 por ciento tras incorporarse el sondeo de gastos de capital de la semana pasada.
El 1 de abril, el incremento del impuesto a las ventas en Japón pasó del 5 al 8 por ciento. Después que el alza golpeó el gasto familiar y llevó a las pobres cifras preliminares del PIB el 17 de noviembre, mostrando que la economía entró en recesión, Abe aplazó un segundo aumento del impuesto a las ventas, para llevarlo al 10 por ciento, en 18 meses hasta abril de 2017.
La decisión ha aliviado las preocupaciones en torno al panorama del gasto del consumidor, que representa un 60 por ciento del PIB. Pero la recesión también ha demostrado que las políticas de estímulo de Abe no han sido suficientes para fortalecer a la economía subyacente tras dos años en el cargo.
La revisión del dato del PIB podría ser una mala noticia para el Banco de Japón, que escudriñará las cifras y otros factores el jueves y viernes, durante un encuentro de dos días para revisar los tipos de interés.
Se espera ampliamente que el banco central japonés, que alivió su política monetaria el 31 de octubre, mantenga sin cambios sus decisiones y conserve la visión positiva en torno a la economía.