En un movimiento estratégico para potenciar sus capacidades defensivas, Australia ha anunciado la adquisición de misiles de largo alcance SM-2 IIIC y SM-6 a Estados Unidos por un valor de 4.700 millones de dólares. Esta operación se enmarca en el compromiso australiano de fortalecer sus sistemas de defensa aérea y antimisiles.
La Armada australiana demostró su destreza al realizar pruebas de lanzamiento del misil SM-6 de Raytheon (NYSE:RTN) desde un buque durante maniobras conjuntas con Estados Unidos en Hawái el pasado agosto. El SM-6 está considerado el misil de defensa aérea naval más avanzado del arsenal estadounidense, con capacidad para interceptar misiles balísticos y atacar objetivos navales y terrestres. Además, ha probado su eficacia en escenarios aire-aire.
Richard Marles, Ministro de Defensa australiano, resaltó la relevancia estratégica de estos misiles, señalando que se instalarán en los destructores clase Hobart de la Armada y en las futuras fragatas clase Hunter. "El Misil Estándar-6 y el Misil Estándar 2 Bloque IIIC dotarán a nuestra Armada de la capacidad de atacar objetivos marítimos, terrestres y aéreos a larga distancia, además de proporcionar defensa contra misiles balísticos en fase terminal, incrementando así la capacidad de las Fuerzas de Defensa Australianas para salvaguardar a los australianos y sus intereses", explicó Marles.
La decisión de dar prioridad a las capacidades de ataque de precisión de largo alcance y reforzar las bases del norte se tomó tras una revisión de defensa realizada el año pasado. Dicha revisión puso de manifiesto la creciente competencia entre EE.UU. y China, reconociendo el potencial de conflicto en la región. Este acuerdo forma parte de la estrategia global de Australia para adaptarse a lo que Pat Conroy, Ministro de Industria de Defensa, describió como "el entorno geoestratégico más complejo desde la Segunda Guerra Mundial".
Paralelamente, Australia y Estados Unidos están colaborando en la modernización de bases militares en el norte y oeste de Australia. Estas instalaciones tienen una importancia estratégica crucial debido a su proximidad al Mar del Sur de China, una zona donde las tensiones con China van en aumento.
En el momento de cerrar el acuerdo, el tipo de cambio se situaba en 1 dólar estadounidense por 1,5022 dólares australianos.
Reuters ha contribuido a este artículo.
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