Goldman Sachs ha revisado a la baja su previsión de crecimiento para la economía francesa en 2025, situándola en el 0,6%. Esta cifra representa una ligera reducción respecto a las expectativas anteriores y se sitúa justo por debajo del consenso del mercado. La firma de inversión atribuye esta revisión a un probable estancamiento en el último trimestre de 2024, influenciado por una caída económica posterior a los Juegos Olímpicos.
Este ajuste refleja una postura más cautelosa sobre el consumo privado, dado que la tasa de incremento salarial se ha desacelerado y el desempleo muestra una tendencia alcista. Goldman Sachs también señaló que los riesgos para su previsión se inclinan a la baja, con la incertidumbre política y los desafíos del mercado laboral como factores determinantes.
La entidad financiera prevé, además, una reducción del déficit presupuestario francés al 5,7% en 2025, frente al 6,1% del año anterior. Esta proyección está condicionada a la capacidad del gobierno para aprobar un presupuesto y se sitúa ligeramente por encima del nuevo rango objetivo de 5-5,5%.
Se anticipa que el gobierno de Bayrou enfrentará diversos retos, entre ellos la necesidad de hacer concesiones a los partidos de la oposición, suposiciones potencialmente demasiado optimistas sobre el crecimiento y la inflación, así como riesgos de desviaciones en la ejecución presupuestaria.
Goldman Sachs advierte sobre el riesgo a corto plazo de que el Parlamento francés rechace la nueva propuesta presupuestaria, lo que podría desencadenar la dimisión del gobierno y el estancamiento del déficit presupuestario en torno al 6%. Este escenario pone de manifiesto el delicado equilibrio entre la gestión política y fiscal que afronta Francia.
Asimismo, se espera que Francia atraiga una mayor atención con la evaluación de Fitch (calificada AA- con perspectiva negativa) programada para el 14 de marzo, y la Comisión Europea que examinará el cumplimiento de las reglas fiscales del bloque a finales de abril.
El panorama político en Francia continúa siendo incierto, con la posibilidad de elecciones parlamentarias a partir de julio.
No obstante, las encuestas recientes sugieren que no hay cambios significativos en las intenciones de voto, lo que apunta a un persistente estancamiento en el Parlamento y una probabilidad limitada de cambios políticos sustanciales hasta las próximas elecciones presidenciales, que deben celebrarse antes de 2027.
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