Bruselas, 3 oct (.).- Bélgica espera recaudar 4.700 millones de euros en 2022 y 2023 a partir de un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las eléctricas y de una contribución solidaria de las empresas de combustibles fósiles, según el plan fiscal que ha ideado la ministra de Energía, la ecologista Tine Van der Straeten.
Ese diseño, lejos aún de aprobarse, prevé capturar 1.800 millones en 2022 y otros 2.900 millones en 2023, si los precios se mantienen en niveles cercanos a los actuales, según informaron este lunes medios locales como el diario Le Soir y la radiotelevisión pública RTBF.
El pasado viernes, los Veintisiete acordaron en un consejo extraordinario de ministros de Energía limitar a 180 euros el megavatio-hora (MWh) la retribución a las tecnologías inframarginales de generación eléctrica (nuclear, renovables y lignito) y una contribución solidaria de las petroleras del 33 % de sus beneficios extraordinarios.
Pero el acuerdo de los Estados miembros permite a las capitales que lo deseen ir más lejos en sus medidas, siempre que sean similares a las acordadas a nivel comunitario.
El Gobierno federal belga propone así bajar ese "techo" a 130 el 1 de enero de 2022 y el 31 de diciembre de 2023, lo que proyecta una recaudación de las eléctricas de 1.200 millones de euros en 2022 y 2.300 millones de euros en 2023.
A ello se sumaría un impuesto de 1,5 céntimos por litro de combustible (gas, carbón, petróleo y refinados), una medida que Bélgica ya empleó en 2006.
El dinero recaudado se destinará a apoyar a los hogares y empresas golpeados por el alza de precios de la energía, si bien el plan debe aún ser aprobado primero por el consejo de ministros del Gobierno de coalición de Bélgica, así como por los reguladores del país.