Iya U. Topper
Estambul, 11 jun (.).- Dani Rodrik, galardonado este jueves con el Premio Princesa de Asturias en Ciencias Sociales y considerado uno de los economistas más influyentes de la actualidad, admite tener un enfoque poco convencional en sus estudios, centrados en la globalización y las políticas económicas gubernamentales.
Nacido en 1957 en Estambul en el seno de una familia sefardí que llevaba cinco siglos en Turquía, Rodrik figurará en la historia como economista turco, pero su patria verdadera parece ser Harvard.
Fue en esa prestigiosa universidad estadounidense donde estudió y allí trabaja a día de hoy como profesor.
También ha ocupado cargos en la universidad de Columbia y en la de Princeton, donde se doctoró en 1985 en Ciencias Económicas.
Actualmente posee siete doctorados honoris causa de diversos continentes, amén de numerosos galardones internacionales.
Considerado uno de los economistas más influyentes del mundo, Rodrik, presidente electo de la Asociación Económica Internacional (IEA), se ha hecho un nombre sobre todo con sus trabajos sobre políticas económicas y buenas prácticas gubernamentales.
EL TRILEMA
En España se dio a conocer al gran público gracias a su libro "La paradoja de la globalización" (2011), en el que analiza su tema favorito: el alcance de lo que llama la "hiperglobalización".
Rodrik ha acuñado la expresión del "trilema" que, en su opinión, constituye el principal desafío: no se puede mantener a la vez un proceso de globalización extrema, una soberanía nacional y la democracia, afirma.
El economista asegura que solo se pueden combinar dos de estos tres elementos: o una globalización democrática sin soberanía nacional, o una soberanía democrática sin globalización o bien una globalización con soberanía nacional, pero sin democracia.
Este trilema es el que explica el auge del populismo de derechas, al no haber encontrado la izquierda una respuesta satisfactoria, según las tesis de Rodrik, que define sus propias ideas como "no convencionales".
Cómo mantener la globalización en un marco que no suponga perjuicio a las clases populares y que también pueda funcionar en los países en vías de desarrollo, es la principal cuestión en su obra.
Ante la duda, el interés nacional de un Estado debe prevalecer, afirma el pensador, al mismo tiempo que aboga por un sistema democrático y social combinado con cierta apertura económica.
TURQUÍA
El economista, que se educó en un colegio anglófono de Estambul y ha publicado todos sus libros en inglés, nunca ha renunciado a su conexión con Turquía, donde publicó hasta 2016 columnas en el diario de centroizquierda liberal Radikal.
Su matrimonio con Pinar Dogan, también profesora en Harvard e hija de un general turco ya retirado, puso a Rodrik brevemente en el centro de una polémica nacional, cuando su suegro, Çetin Dogan, fue condenado en 2012 por la supuesta planificación de un golpe de Estado.
Rodrik hizo público un detallado análisis de los documentos de la acusación, demostrando que se trataba de falsificaciones, algo que fue de facto reconocido con la absolución de Dogan en 2015.