Berlín, 5 ene (.).- El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, señaló este jueves que según los cálculos del Gobierno la inflación se reducirá ligeramente este año hasta situarse en el 7 %, tras haber cerrado 2022 en el 8,6 %.
"Veo indicios de que el enfriamiento económico no continuará. En su lugar tendremos posiblemente lo que se llama un 'soft landing', es decir, un aterrizaje suave", dijo el ministro liberal en una entrevista con el diario "Stuttgarter Zeitung".
Lindner añadió que a partir de 2024 se pronostica una ulterior bajada de la inflación, pero advirtió de la necesidad de adoptar medidas políticas para evitar "un periodo largo de estanflación", en referencia a la combinación de altas tasas de inflación con un nulo crecimiento económico.
Por ello, señaló, el Gobierno ha puesto en marcha medidas como la aceleración de la concesión de permisos y la facilitación de la inmigración de mano de obra especializada o la digitalización de la administración pública.
No obstante, el ministro liberal reiteró que para reactivar la economía es necesario también flexibilizar el mercado laboral y agotar todas las posibilidades fiscales para atraer inversiones privadas, medidas éstas que rechazan socialdemócratas y verdes, los otros dos socios de la coalición de Gobierno.
"Una economía exitosa es un prerrequisito para nuestro Estado social y una protección del clima ambiciosa", argumentó.
El líder del Partido Liberal (FDP) hizo también referencia a otros puntos de disenso dentro de la coalición, como la cuestión de los últimos tres reactores nucleares de Alemania, que según está previsto serán desconectados esta primavera.
"Sigo convencido de que en tiempos de crisis deberíamos seguir usando energía nuclear de forma temporal. En lugar de ello, nuestro balance de emisiones de CO2 empeora con el uso de más electricidad generada a partir del carbón", dijo Lindner.
Por ello, propuso comprar y almacenar barras de combustible nuclear, de forma que éstas estuvieran disponibles en caso de emergencia.
El ministro reiteró además su convencimiento de que sería rentable extraer gas del subsuelo alemán a través de procedimientos de fracturación hidráulica, otra medida que socialdemócratas y verdes rechazan por su escasa utilidad y por los planes de abandonar el uso del gas natural.
"Construimos terminales de gas natural licuado y firmamos contratos de suministro porque todavía necesitaremos gas durante un largo periodo de tiempo. Hablamos de periodos que van hasta la década de 2040", insistió Lindner.