Washington, 21 sep (EFE).- Los líderes de los países del G-20 se
reúnen en Pittsburgh los días 24 y 25 para coordinar políticas que
apuntalen los "brotes verdes" que comienzan a surgir en la economía
mundial tras la peor crisis desde la "Gran Depresión".
Esta es la relación de las crisis más acuciantes que han sufrido
los mercados desde entonces y las medidas que se tomaron para su
rescate:
1929. "El Crack del 29". La crisis económica mundial de los años
30 fue precipitada por la caída de los precios agrícolas en el
mercado agrícola en EE.UU. en 1928.
Estalló el 29 de octubre de 1929 cuando, después de tres meses de
descensos consecutivos de la producción y los precios, se vendieron
de golpe 16 millones de acciones, lo que hundió la Bolsa de Nueva
York.
Después del desastre de 1929 se modificó la legislación básica de
la bolsa. Una de las leyes fundamentales fue la "Securities Exchange
Act" de 1934 que creó la Comisión de Valores Estadounidense (SEC),
el organismo encargado de la supervisión y vigilancia de los
mercados en EE.UU.
Entre sus objetivos está facilitar información al público sobre
los valores que se contratan, ordenar las actividades de las
entidades que intervienen en el mercado, vigilar que no cometan
abusos y controlar las actividades bursátiles.
1944. Tras la II Guerra Mundial, la comunidad internacional
celebra una conferencia monetaria y financiera auspiciada por las
Naciones Unidas, en la que salieron los acuerdos de Bretton Woods,
que sientan las reglas para las relaciones comerciales y financieras
entre los países más industrializados del mundo.
También se decidió la creación del Banco Mundial (BM) y del Fondo
Monetario Internacional (FMI), así como el uso del dólar como moneda
de referencia internacional.
1971- "El fin del sistema de patrón oro". El excesivo gasto de
EE.UU. en sus inversiones en el exterior y la guerra de Vietnam hizo
que las reservas de oro que tenía el país se redujeran
drásticamente, con lo que el valor de la moneda dejó de estar
respalda por este metal.
Por ello, en medio de fuertes especulaciones y de fugas de
capitales de EE.UU., el presidente Richard Nixon decidió suspender
la convertibilidad con el oro y devaluó la moneda en un 10%, algo
que hizo sin consultar al resto de miembros del Sistema Monetario
Internacional.
Dos años después volvió a devaluar la moneda, con lo que acabó
finalmente con el patrón oro. Así comenzó la época de los cambios
flotantes en función de la evolución de los mercados internacionales
de capital.
1973. "Embargo del petróleo durante la guerra Árabe-Israelí". El
corte de suministro de los países de la OPEC en la conocida como
primera crisis del petróleo, durante la Guerra del Yom Kippur,
provocó un incremento de 2,50 a 11,50 dólares en 1974. Esto elevó la
factura energética de Occidente y provocó una fuerte crisis en los
países más industrializados.
A partir de esta crisis de precios, los países occidentales
iniciaron políticas de diversificación y ahorro energéticos y, entre
otras medidas defensivas, se creó la Agencia Internacional de la
Energía (AIE) en 1974.
1979. "La revolución iraní". El derrocamiento del Sha Mohammad
Reza Pahlevi y la instauración de la República islámica en Irán
provocó la segunda crisis del petróleo, y un nuevo colapso
internacional.
Aunque esta vez las economías occidentales estaban más
preparadas, ya que habían reducido de forma importante sus consumos
de crudo, la caída en la oferta provocó un largo período de precios
extraordinariamente altos.
La crisis afectó sobre todo a los países en vías de desarrollo,
que tuvieron que hacer frente a un ciclo de crisis financiera por su
elevada deuda externa.
1980. "Irak invade Irán". Al final de año el crudo alcanzó nuevos
precios récord, 40 dólares el barril, una tasa que no había sido
superada en 10 años.
Los altos precios llevaron a la Occidente a producir más de su
propio petróleo en zonas como el Mar del Norte.
1987. "El lunes Negro". El 19 de octubre de 1987 millones de
inversores se lanzaron en masa a vender sus acciones en la Bolsa de
Nueva York debido a la creencia generalizada del manejo inapropiado
de la información confidencial y la adquisición de empresas con
dinero procedentes de créditos. Ese día el Dow Jones se desplomó 508
puntos, un 22,6 por ciento de pérdidas en una única jornada en la
que superó los sucesivos descensos que provocaron la Gran Depresión,
y que arrastró a las bolsas europeas y japonesas.
Esto trajo como consecuencia una intensificación de la
coordinación monetaria internacional y de los principales asuntos
económicos.
1997. "Crisis del mercado asiático". En julio se devaluó la
moneda tailandesa, y tras ella cayeron las de Malasia, Indonesia y
Filipinas, lo que repercutió también en Taiwán, Hong Kong y Corea
del Sur. Su efecto arrastró al resto de economías y esta crisis, que
en un primer momento parecía que era regional, acabó convirtiéndose
en la primera crisis global.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) elaboró una serie de
paquetes de "rescate" para salvar a las economías más afectadas y
promovió una serie de reformas estructurales.
1998. "Crisis del rublo". Rusia colapsó su sistema bancario
nacional, con una suspensión parcial de pagos internacionales, la
devaluación de su moneda y la congelación de los depósitos en
divisas.
El FMI concedió varios créditos multimillonarios para atajar la
caída libre de su divisa y evitar que el impacto fuera irreparable
en el mercado internacional. El FMI también instó a sus autoridades
a acelerar las reformas estructurales internas para fortalecer sus
sistema financiero.
2000. "Crisis de las puntocom". Los excesos de la nueva economía
dejaron una estela de quiebras, cierres, compras y fusiones en el
sector de Internet y de las telecomunicaciones y un importante
agujero en las cuentas de las empresas de capital riesgo.
El 10 de marzo el principal índice del Nasdaq, máximo exponente
de la "nueva economía" y del éxito de las empresas de tecnología,
cerró en 5.048,62 puntos, su máximo histórico.
En solo tres años la crisis borró del mapa casi 5.000 compañías y
algunas de las grandes corporaciones de telecomunicaciones, fueron
protagonistas de los mayores escándalos contables de la historia.
La Reserva Federal estadounidense (Fed) respondió con una
reducción de las tasas de medio punto.
2001. "11S". Los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra
las Torres Gemelas en Nueva York y el Pentágono en Washington, que
dejaron un balance de cerca de 3.000 muertos, también hicieron caer
las bolsas.
El Nikkei cayó más del 6 por ciento y las bolsas europeas
tuvieron fuertes descensos que llevaron a los inversores a
refugiarse en el oro y los bonos del Tesoro estadounidense.
La Fed también respondió con recortes de los tipos de interés
-cuatro hasta final de año- en la campaña más fuerte de su historia.
2008-2009. La crisis financiera originada en EE.UU. a
consecuencia de las hipotecas basura ("subprime") que concedieron
sin garantías a miles de ciudadanos, acaba con los grandes gigantes
financieros del país y su contagio se extiende a todo el mundo y
afecta a las economías reales, causando la crisis más grave desde
los años treinta.
Esta situación lleva al presidente George W. Bush, primero, y a
Barack Obama, después, a lanzar una intervención masiva del Gobierno
en la economía de EEUU, que acabó en 2008 con una contracción
trimestral del 6,3 por ciento, la mayor en 26 años.
La primera decisión de Bush fue estabilizar el sistema financiero
con un paquete de 700.000 millones de dólares, del que sólo gastó la
mitad. Su sucesor reconvirtió la medida y lanzó un plan de recompra
de activos tóxicos para sanear los balances bancarios que podría
ascender a un billón de dólares.
En paralelo, Obama presentó un ambicioso plan de estímulo de
787.000 millones de dólares, con el que quiere revitalizar la
economía a golpe de inversiones e infraestructuras, educación y
empleo, y potenciar una nueva industria, la de las energías
alternativas, para crear nuevos empleos.
La tercera pata del plan de Obama es la reforma de los mercados
financieros, ante la constancia de que la supervisión en los años
del boom financiero fue laxa o casi nula.
En los últimos meses las economías han comenzado a dar motivos
para el optimismo y en agosto Francia y Alemania anunciaron que
habían comenzado a crecer en el segundo trimestre del año.
Por su parte, el presidente de la Reserva Federal estadounidense,
Ben Bernanke, afirmó este martes 15 de septiembre que en EEUU "es
muy probable" que la recesión ya haya terminado. EFE