Nueva York, 13 nov (EFE).- Dos informáticos que trabajaban con el
financiero Bernard Madoff fueron detenidos hoy acusados de colaborar
en la mayor estafa financiera de la historia, una implicación que
podría suponerles treinta años de prisión.
El fiscal federal del distrito sur de Nueva York, Preet Bharara,
informó hoy de que Jerome O'Hara y George Pérez, de 46 y 43 años,
respectivamente, se encontraban en sus respectivas viviendas cuando
a primera hora de la mañana fueron a detenerlos agentes de la
Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
Ambos están acusados de conspiración y falsificación contable de
documentos para ayudar a Madoff a crear y desarrollar durante dos
décadas una fraudulenta estructura financiera piramidal con la que
conseguía atraer enormes cantidades de dinero con la falsa promesa
de invertirlo y obtener importantes rentabilidades.
En realidad lo que hacía Madoff a través de su firma de inversión
era pagar los intereses prometidos a sus clientes con los nuevos
fondos que iba recaudando, hasta que éstos dejaron de llegar a raíz
de la crisis financiera y de la escasez de liquidez, lo que provocó
el derrumbe de una pirámide que ha sido cifrada en unos 65.000
millones de dólares.
Los programadores detenidos hoy, O'Hara y Pérez, empezaron a
trabajar para Madoff en 1990 y 1991, respectivamente, y se
encargaban de desarrollar y mantener los programas informáticos que
usaba la empresa, que, por el hecho de ser una correduría y firma de
inversión, estaba obligada a mantener un registro detallado de sus
operaciones.
Según detalló el fiscal en un comunicado, entre 2004 y 2008, la
compañía fue objeto de al menos cinco revisiones por parte de la
Comisión del Mercado de Valores de Estados Unidos (SEC, por sus
siglas en inglés) y de una firma de contabilidad europea.
"Como parte de los esfuerzos de Madoff y (su director financiero)
Frank Dipascali para engañar a la SEC y a la firma europea, O'Hara y
Pérez desarrollaron y mantuvieron programas informáticos que
generaban numerosos registros contables falsos y fraudulentos",
explicó.
Como ejemplos, apuntó que los programas cambiaban los nombres de
los titulares de las cuentas para que fuera más sencillo explicar
ciertos detalles a la SEC y modificaban números de acciones
compradas, horas de ejecución de operaciones bursátiles y cantidad
de transacciones por medio de "algoritmos aleatorios".
Además, se generaban falsas notificaciones de operaciones que no
se habían realizado, informes mensuales que no eran ciertos y toda
una serie de documentos -que podían ser alterados arbitrariamente
por algunos de los empleados de la firma- destinados a engañar a los
supervisores.
Según Bharara, ambos sabían lo que hacían y eran conscientes de
que con su ayuda se estaba generando falsa información.
"En abril de 2006, ambos cerraron sus propias cuentas de
asesoramiento de inversión para retirar cientos de miles de dólares
cada uno", explicó Bharara, quien también apuntó que cuatro o cinco
meses más tarde le dijeron a Madoff que no mentirían más por él.
En unas cartas escritas a mano encontradas por el FBI en la mesa
de trabajo de O'Hara se puede leer: "No voy a mentir más. La próxima
vez diré que se lo pida a Frank", presumiblemente refiriéndose a
Dipascali.
"Después, Madoff dijo a Dipascali que pagara a O'Hara y Pérez lo
que quisieran para mantenerlos contentos. Ambos recibieron un
aumento salarial del 25% y un bono de unos 60.000 dólares", relató
Bharara. EFE