Pekín, 29 jul (EFE).- El gasoducto que envía a China gas procedente de Birmania (Myanmar), un proyecto que ha generado polémica en ambos países, comenzó ya su funcionamiento, informó hoy una de las petroleras estatales chinas que participa en el proyecto.
La obra, de 793 kilómetros y que conecta la costa del estado birmano de Arakan con la provincia sureña china de Yunnan, comenzó a funcionar el domingo, según anunció hoy la Corporación Nacional China de Petróleo (CNPC) en un comunicado en su página web.
La infraestructura forma parte del Proyecto Shwe ("oro" en birmano), que incluye también un oleoducto de unos 771 kilómetros cuya construcción finalizará este año, y se prevé que transfiera un total de 12.000 millones de metros cúbicos de gas al año a China.
En el caso del oleoducto, éste se convertirá en una vía estratégica para transportar petróleo procedente de África, Oriente Medio y Sudamérica hasta China, un total de 22 millones de toneladas de crudo al año.
Una vez finalizado, el plan establece que 2 millones de petróleo y un 20 por ciento del transporte de gas previsto serán descargados en Birmania, de cara a promover su desarrollo económico, recoge el comunicado.
Ambas infraestructuras cuentan con la participación de la CNPC, la empresa birmana Myanmar Oil and Gas Entrerprise, además de otras cuatro compañías de India y Corea del Sur.
Tanto la construcción del oleoducto como del gasoducto generaron polémica en Birmania, donde diversos sectores han puesto en duda el beneficio que ambos proyectos reportarán al país así como su impacto en el medio ambiente.
Diversas organizaciones no gubernamentales alertaron del posible empeoramiento de la corrupción en el país a causa de las ganancias que reportarán estos proyectos sin leyes apropiadas y de transparencia para evitar esta malversación de dinero.
Además, señalaron el impacto negativo sobre el ecosistema y las comunidades locales.
Durante la construcción del gasoducto y el oleoducto, se produjo un aumento de la militarización y violaciones de los derechos humanos de las comunidades locales, afirmaron estos colectivos.
Frente a ello, la CNPC hoy defendió en su comunicado las ganancias económicas logradas por Birmania "tan sólo en el proceso de construcción del gasoducto", cuando se crearon hasta 6.000 puestos de trabajo para locales y la participación de más de 220 empresas locales.
Además, el documento señala que se han donado un total de 20 millones de dólares destinados a la enseñanza, el tratamiento médico, sanidad y el equipo de respuesta a desastres en áreas por las que pasa el gasoducto.
Ambas infraestructuras comenzaron a construirse en 2011 y también generaron cierto rechazo en China.
Fue en la provincia sureña de Yunnan, en la que terminan el gasoducto y oleoducto, donde se produjeron manifestaciones este mayo contra la construcción de una refinería ligada al proyecto firmado entre China y Birmania.
Miles de personas salieron a las calles de la capital, Kunming, preocupadas por la contaminación del aire y del agua que pueda derivar de este tipo de proyectos. EFE