Alba Santandreu
Sao Paulo, 26 ago (EFE).- Brasil, principal socio comercial de China en Latinoamérica, sigue con atención el rumbo económico del país asiático, cuya ralentización podría lastrar todavía más la crisis en la que se encuentra sumergido.
Si las turbulencias que atraviesa China no son controladas "rápidamente", el impacto sobre Brasil podría ser "muy fuerte", alertó hoy el economista de la universidad Fundación Getulio Vargas (FGV), Andre Nassif.
La desaceleración de la segunda economía del mundo, que probablemente no alcanzará la meta de crecimiento del 7 % este año, "impactará directamente" en la demanda y los precios de las materias primas y ello afectará a Brasil, que tiene en el país asiático el principal destino de sus productos, destacó el profesor.
Este escenario podría empeorar todavía más la delicada situación de la economía brasileña, que, según proyecciones oficiales, se contraerá un 1,5 % este año, lastrada por la reducción de los gastos del Gobierno, el consumo de las familias y la inversión.
Con la fuerte depreciación del real frente al dólar -un 30 % en lo que va de año-, el Gobierno brasileño había depositado su confianza en una repunte de las exportaciones, pero la incertidumbre que rodea a China también hace dudar de esto.
El profesor del centro de estudios económicos precisó que la valorización del dólar por sí sola no es suficiente para aumentar el nivel de las exportaciones y recordó que es necesario incrementar la competitividad de los productos brasileños.
Para el economista jefe de la consultora Gradual Investimentos, André Perfeito, las dudas sobre la economía de China ofrecen a Brasil una oportunidad "para reinventarse" y "agregar más valor" a sus exportaciones.
"No es sólo el cambio lo que nos va a ayudar. Hay que pensar de forma cualitativa. No sólo debemos exportar materias primas, también bienes industrializados. Hay que potenciar ese aspecto y avanzar en ese área", agregó Perfeito.
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, por su parte, admitió recientemente que "no se sabe cuál será la repercusión de todo lo que está ocurriendo en la economía internacional" y, en especial, de las turbulencias que afectan a China, que recientemente anunció millonarias inversiones en el país suramericano.
Afirmó que nadie podía prever que el precio del petróleo caería desde 106 dólares por barril en agosto de 2014 hasta los 92 dólares actuales, y que la cotización del hierro iba a bajar desde los 116 dólares la tonelada en agosto de 2014 hasta los 54 dólares.
La caída del precio del hierro, que todavía podría hundirse más con la inestabilidad china, ha afectado a la minera brasileña Vale, la mayor exportadora de hierro del mundo y uno de los valores estrella del parqué paulista.
Un alto funcionario del Gobierno brasileño resaltó que los temores sobre una desaceleración de China "podrían cambiar" el futuro de Brasil y complicar todavía más la recuperación de la séptima economía del mundo.
"Creo que debemos estar muy atentos a lo que está pasando en China", comentó el viceministro de Planificación, Dyogo Oliveira.
La desconfianza en torno a la economía de China hundió las bolsas asiáticas el pasado lunes y generó un terremoto en los parqués de todo el mundo, incluido el de Sao Paulo, que mueve cerca de dos tercios del volumen de negocios de toda América Latina.
Las bolsas mundiales continuaron inestables a pesar de que el Gobierno de China anunció que reducirá las tasas de intereses para reactivar su economía y frenar la sangría bursátil.
En opinión de Perfeito, algunos análisis sobre las consecuencias de la caída de las bolsas chinas "son exagerados", porque a su juicio los temblores económicos de China pueden repercutir en Brasil a corto plazo, pero "no tanto" a largo.
Y es que para el consultor, los fundamentos económicos de Brasil son fuertes y más que una crisis de números, el país atraviesa una crisis política.
"En el caso de Brasil se instaló un sentimiento de pesimismo por una crisis política, más que económica. Se trata de una crisis política que entorpece el aspecto económico", resaltó.