El martes, UBS indicó que la ralentización de la economía estadounidense podría provocar un debilitamiento del dólar, ya que la Reserva Federal podría empezar a relajar su política monetaria. Para los inversores, UBS ve el tipo de cambio EUR/USD, que ha entrado en el rango 1,10-1,15, escalando por encima de 1,15 en 2025.
La firma de corretaje sugiere que cualquier caída por debajo de 1,10 podría ser una oportunidad para reducir la exposición al USD, lo que implica un ajuste estratégico en respuesta a los movimientos previstos de la divisa.
UBS prevé que la Fed inicie su ciclo de relajación en septiembre, con recortes de tipos potencialmente más agresivos que los de sus homólogos mundiales.
Este cambio se espera debido a que la inflación se acerca a los objetivos, el mercado laboral se suaviza y el crecimiento deja de estar por encima del potencial, lo que, en opinión de UBS, ya no justifica una política monetaria muy restrictiva.
Las perspectivas de UBS sugieren que los tres últimos años de resultados económicos superiores de EE.UU. en relación con otros países justifican la subida de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal. Sin embargo, el cambio de las condiciones económicas en EE.UU. va a poner fin al periodo de "excepcionalismo del USD" que mantuvo al dólar en niveles elevados.
La firma prevé que la combinación de estos factores internos contribuirá a un amplio debilitamiento del USD.
En cambio, el crecimiento de Europa sigue siendo débil, pero no hasta el punto de que se espere que el Banco Central Europeo (BCE) modifique su rumbo actual.
UBS prevé que el BCE reduzca los tipos en 25 puntos básicos por trimestre a lo largo del año y posiblemente hasta mediados de 2025. El enfoque menos agresivo del BCE en comparación con los recortes previstos por la Fed se considera una ventaja relativa para el euro.
Por otra parte, el superávit de la balanza comercial en Europa, que anteriormente había apoyado al euro, ha vuelto a los niveles anteriores a la guerra de Ucrania, tras un déficit temporal provocado por la crisis energética de 2022. Esta recuperación de la balanza comercial se considera de nuevo un factor de apoyo al euro.
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