Antonio Broto
Pekín, 13 ene (EFE).- La nueva situación política en la UE, donde
desde el 1 de enero hay tres presidentes a distinto nivel, está
causando cierta confusión en la diplomacia china, que no sabe
todavía a quién debe dirigirse a la hora de continuar sus lazos con
su mayor socio comercial, señalaron expertos a la prensa oficial.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino ya ha contactado en
varias ocasiones con la Delegación de la Unión Europea en Pekín -que
precisamente ha cambiado este año su nombre, pues antes sólo
representaba a la Comisión Europea- para intentar saber quién es el
que manda en los Veintisiete.
"En este momento, no tenemos ni idea de quién decide el qué",
aseguró en declaraciones al oficial "China Daily" el investigador
Robert Zhang, de la Escuela de Negocios Chino-Europea CEIBS, en
Shanghái.
Desde el 1 de enero hay un presidente permanente de la Unión
Europea (el belga Herman Van Rompuy), que se añade al que ya tenía
la Comisión Europea (el portugués José Manuel Durao Barroso) y al
español José Luis Rodríguez Zapatero en calidad de jefe de Gobierno
del país que ostenta la presidencia semestral de la UE.
Ante la nueva situación, "algunos analistas creen que la Unión
Europea se ha vuelto más complicada y los líderes chinos se
preguntarán a quién deben estrechar la mano en la cumbre de finales
de este año", que China y los Veintisiete tienen previsto celebrar
en Bruselas.
La prensa oficial señala que ante la confusión, los asesores
políticos del Gobierno chino han aconsejado a Pekín continuar
fomentando las relaciones "de país a país" entre China y las
naciones que conforman la UE, con especial atención a los estados
más fuertes económicamente, como Alemania, Francia o Reino Unido.
"China debe mantener esta estrategia hasta que el bloque esté
completamente integrado", subrayó "China Daily".
Según el analista Zhang, "el 'reino' semestral de Madrid" es "un
test para probar el sistema de tridente", por lo que China "debe
esperar a ver quién representa a la UE".
Otro experto, Shi Zhan (de la Universidad de Asuntos Extranjeros
de Pekín) opina que "no importa lo integrado o no que esté el
bloque, el eje de la Unión Europea sigue descansando en las
'grandes' naciones europeas".
El primer contacto oficial entre China y la UE este año fue entre
los ministros de Asuntos Exteriores chino y español, Yang Jiechi y
Miguel Ángel Moratinos, quien en conversación telefónica el pasado 6
de enero analizaron la estrategia a seguir en las relaciones entre
Pekín y Bruselas en 2010.
China y España "acordaron mantener la estabilidad de las
relaciones chino-europeas" y "continuar profundizando en la mutua
confianza estratégica", destacó entonces la agencia oficial Xinhua.
La UE es el mayor socio comercial de China (mientras que la
nación china es el segundo de los Veintisiete), aunque ambas partes
han protagonizado numerosas tensiones en los últimos años, tanto en
lo político como en lo económico.
En cuestiones políticas, los derechos humanos han sido siempre
uno de los escollos en las relaciones entre Pekín y Bruselas, por
cuestiones como el embargo de armas (impuesto por la UE tras la
matanza de Tiananmen de 1989), la defensa de la UE a disidentes
chinos encarcelados como Hu Jia o Liu Xiaobo o la reciente ejecución
en China del ciudadano británico Akmal Shaikh.
En lo económico, China y la UE también han mantenido tensiones en
sectores como el textil o el calzado (por la masiva llegada de
productos chinos a bajo precio al mercado europeo), o por algunos
problemas de calidad y seguridad sanitaria de algunas exportaciones
chinas en años anteriores, como alimentos y juguetes.
En las fricciones comerciales, el Ministerio de Comercio chino se
quejó ayer, miércoles, en una de sus informaciones que "el alto
índice de desempleo ha forzado a las industrias europeas a acudir al
proteccionismo".
En ese sentido, señaló, la UE inició siete investigaciones y
limitaciones contra la entrada de productos chinos en su mercado
(tales como escáneres y productos de aluminio y hierro), uno más que
en 2008 y representando el 50 por ciento de las medidas punitivas
europeas contra sus rivales comerciales. EFE