Mateo Sancho Cardiel
Nueva York, 16 jun (EFE).- Wall Street se sintió hoy, por fin, en casa, al volver a sus preocupaciones domésticas: la Reserva Federal comenzó su reunión de dos días y los inversores tuvieron, al menos, incertidumbres más controlables que la crisis de Grecia, que quedó en un segundo plano para alivio de los operadores de bolsa.
Hay problemas que a los inversores les quedan grandes. En el último y convulso año, cada vez que un conflicto internacional ha estallado o una crisis multicausal se ha desarrollado, cunde el pánico entre el parqué.
No es por miedo a las consecuencias, sino por desconocimiento de las mismas. Por eso, si bien la Reserva Federal ha hecho gala de una ambigüedad notable durante los últimos meses respecto a un tema tan relevante para el mercado de valores como es la subida de los tipos de interés, hoy el parqué neoyorquino celebró poder concentrarse en un terreno que dominan.
Así, el Dow Jones subió un 0,64 % (casi 115 puntos), el S&P 500 avanzó un 0,57 % y el Nasdaq un 0,51 %. Nada mal teniendo en cuenta que, en realidad, no hubo ninguna buena noticia más allá de que Wall Street sintió que estaba jugando en casa, aunque exista la posibilidad de que mañana se metan gol en propia meta.
No se prevé que el banco central aporte esta vez muchas novedades sobre el calendario para la subida de los tipos, pero los mercados esperan con expectación la rueda de prensa que ofrecerá la presidenta de la Fed, Janet Yellen, en busca de matices.
Pero hoy ni siquiera se filtraron impresiones. Simplemente, se dio por inaugurada la reunión que mañana termina.
Mientras, en Grecia el primer ministro, Alexis Tsipras, emplazó a los acreedores a decidir si lo que quieren es "poner de rodillas" un país o "asegurar el futuro de Europa" y volvió a insistir en que su Gobierno sigue dispuesto a llegar a un acuerdo.
En respuesta, la Comisión Europea (CE) subrayó que se mantiene abierta las 24 horas del día, toda la semana, pendiente del desarrollo de los acontecimientos, y señaló que está preparada para analizar cualquier nueva propuesta de Atenas. Es decir, otro episodio de morosidad por ambas partes en la saga.