San Juan, 6 feb (EFE).- El Banco Gubernamental de Fomento para Puerto Rico, el brazo financiero del Gobierno, anunció hoy que contrató a un conocido analista estadounidense para que encabece las relaciones con la comunidad inversora, que controla su deuda de 73.000 millones de dólares.
"Todd L. Hagerman se ha unido al BGF en calidad de Jefe de Relaciones con los Inversionistas", apuntó esa entidad en un comunicado, en el que explicó que este analista "estará a cargo de dirigir las relaciones y las comunicaciones con la comunidad inversora".
Su trabajo estará bajo la supervisión de la presidenta del banco, Melba Acosta Febo, quien dijo hoy confiar "en que su preparación y experiencia resultarán muy valiosas en nuestro continuo esfuerzo por realzar el diálogo con los inversionistas en bonos de Puerto Rico".
"La incorporación de Todd al equipo del BGF contribuirá a nuestro esfuerzo constante de mantener relaciones sólidas y productivas con la comunidad financiera mientras continuamos impulsando la salud fiscal y el crecimiento económico de Puerto Rico", añadió.
Hagerman tiene quince años de experiencia como líder en análisis de la banca comercial. Mientras trabajó como analista en Nueva York, se centró principalmente en la Banca Regional y Multinacional en EE.UU. y Puerto Rico.
Recientemente se incorporó Rockwood Capital, una firma de asesoramiento e inversiones con enfoque en el sector de servicios financieros y previamente lideró el análisis de las acciones del sector de la banca comercial en Sterne Agee.
Además, trabajó por más de una década en el Banco de la Reserva Federal de Nueva York y en el de San Francisco, en las áreas de vigilancia y análisis de la banca, estudios de política y estudios especiales.
También ha pasado como analista sénior por Credit Suisse Securities y Fox-Pitt.
Esta incorporación llega exactamente un año después de la degradación de las Obligaciones Generales de Puerto Rico al terreno especulativo, conocido como el de los bonos "basura" o "chatarra", y justo cuando en la isla, por primera vez, se empieza a plantear abiertamente la imposibilidad de devolver la ingente deuda y la necesidad de sentarse a renegociar con los acreedores.
El 4 de febrero de 2014 Standard & Poor's (S&P) dio el paso que se venía temiendo en la isla desde hacía mucho tiempo y anunció que rebajaba la calificación que confiere a las Obligaciones Generales del Gobierno de este Estado Libre Asociado de EE.UU. a BB+, una nota que en la escala de esta agencia está ya fuera del grado de inversión.
El resto de las grandes agencias estadounidenses de calificación no tardaron en imitar a S&P, lo que dejó a Puerto Rico en una situación muy complicada para acudir de nuevo a los mercados a pedir el dinero que desde hace décadas necesita para sacar adelante unas cuentas que sin ayuda del exterior no salen.
Además, cada vez necesita más dinero para pagar los intereses que se van generado de la deuda acumulada durante décadas, y que asciende a 73.000 millones de dólares.
De ahí que esta misma semana el principal diario de la isla calculara que realmente lo que debe la isla es más del doble, lo que le lleva a estar efectivamente "en quiebra", según tituló este martes a toda página para escándalo de muchos.