Por Madeline Chambers
BERLÍN (Reuters) - El ministro del Interior de Alemania encabezó el domingo los llamamientos para actuar contra militantes de extrema derecha y racistas tras una segunda noche de altercados entre manifestantes y policías fuera de un hogar de refugiados en la ciudad Heidenau, en el este de Alemania.
Un día después de que 31 policías sufriesen heridas en unas protestas violentas contra quienes piden asilo, un fotógrafo de Reuters vio el sábado por la noche unos 200 militantes, la mayor parte ebrios, en Heidenau lanzando fuegos artificiales y botellas a la Policía.
Algunos gritaban: "Heil Hitler".
Mientras Europa pasa dificultades con un flujo de inmigrantes que huyen de la guerra en países como Siria o Irak, los políticos alemanes están preocupados de los efectos económicos y sociales en su país, el mayor destino de refugiados la UE.
Alemania, que tiene unas leyes de asilo relativamente generosas, espera que el número de refugiados se cuadriplique este año hasta los 800.000, casi un uno por ciento de la población. La canciller Angela Merkel dice que el asunto es un mayor problema para Europa que la crisis de deuda de Grecia.
El ministro del Interior alemán, Thomas de Maiziere, ha descrito la situación como un gran desafío y condenó los ataques a los refugiados.
"A la vez que vemos una ola de gente que pide ayuda, tenemos un aumento del odio, insultos y violencia contra los que buscan asilo. Esto es obsceno e indigno de nuestro país", dijo De Maiziere al diario Bild am Sonntag.
"Quien actúe así se enfrenta a todo el peso de la ley", dijo.
El ministro de Justicia, Heiko Maas, respondió al altercado en Heidenau diciendo que había tolerancia cero para la xenofobia y el racismo.
Muchos políticos han advertido contra un aumento de la hostilidad hacia los extranjeros y, en la primera mitad del año se han registrado unos 150 incendios provocados u otros ataques a hogares de refugiados.
Mientras algunos en el partido de Merkel quieren reducir los beneficios para quienes buscan asilo y presionar a otros países a que asuman una mayor parte de la carga, Merkel se enfrenta a un delicado momento de equilibrio político.
El vicecanciller Sigmar Gabriel, presidente de los socialdemócratas que comparten el poder con los conservadores de Merkel, pidió el domingo triplicar el dinero que reciben los municipios para acomodar y atender sanitaria y educativamente a los refugiados.
Otros políticos pidieron acelerar el proceso de solicitudes de asilo, que actualmente lleva unos ocho meses de media. Más de un tercio de los que buscan asilo en Alemania proceden de países del sureste de Europa, como Albania y Serbia.