México, 11 oct (EFE).- El Gobierno de México aseguró hoy que el
servicio de energía eléctrica no será privatizado después de que
esta madrugada fue liquidada la empresa pública que abastece al
centro del país y sus instalaciones tomadas por cientos de agentes
federales.
Por la liquidación de la empresa Luz y Fuerza del Centro (LyFC)
el gobierno federal desembolsará hasta 20.000 millones de pesos
(1.538 millones de dólares) para indemnizar a los trabajadores, que
según el sindicato suman 66.000, de los cuales unos 20.000 son
jubilados.
La medida no implica la privatización del servicio eléctrico, el
cual seguirá en manos del Estado, "como lo ordena la Constitución",
dijo el ministro del Interior, Fernando Gómez Mont, al asegurar que
la extinción se debe a que la "situación financiera era
insostenible" y no a una acción contra el Sindicato Mexicano de
Electricistas (SME).
Afirmó en rueda de prensa que no hay orden de detención contra el
líder sindical Martín Esparza (quien no es reconocido por el
Gobierno como tal), con quien tuvo comunicación la madrugada de hoy
y que esperaba recibirlo a él y otros trabajadores en las siguientes
horas para dialogar sobre el proceso de liquidación.
Además, dijo que la ocupación de las instalaciones por parte de
la policía federal se realizó "sin costo humano que lamentar".
Las funciones de LyFC han sido asumidas por la Comisión Federal
de Electricidad (CFE), la principal empresa pública eléctrica del
país.
Gómez Mont estuvo acompañado en la rueda de prensa por los
ministros de Hacienda, Agustín Carstens, del Trabajo, Javier Lozano,
y de Energía, Georgina Kessel.
Cartens dijo que la liquidación de los trabajadores sumará 16.000
millones de pesos (1.230 millones de dólares), pero que el Gobierno
está dispuesto a elevar ese monto, para hacer "más tersa la
transición", a 20.000 millones de pesos (1.538 millones de dólares)
si aceptan el pago antes del 14 de noviembre.
Por lo que toca a los jubilados, el ministro del Trabajo dijo que
el Gobierno federal "asume de manera vitalicia el pago de las
jubilaciones".
Gómez Mont enumeró las causas que llevaron al decreto
presidencial de liquidación de la compañía, entre las que están los
grandes transferencias de recursos presupuestales, que de mantenerse
hubieran obligado a elevar las tarifas eléctricas a los usuarios de
manera "desproporcionada y pedir más impuestos a los
contribuyentes".
Prácticamente todas las decisiones de la empresa "tenían que
tomarse en función de las demandas del sindicato y no de los
intereses de los usuarios", lo que mermó su productividad, dijo.
"Al momento de su extinción, LyFC registraba pérdidas de casi la
tercera parte de la electricidad que distribuía comparado con
alrededor del diez por ciento que registra la CFE", dijo Gómez Mont,
al asegurar que el número de trabajadores crecía de manera
desproporcionada, no por necesidad de la empresa sino por exigencias
del sindicato.
Comparó la situación entre la CFE y LyFC, al señalar que en la
primera hay un "trabajador de distribución" por cada 627 usuarios,
en cambio en la segunda había un empleado por 291 clientes.
Según Gómez Mont, la disolución de la empresa traerá importantes
"beneficios" para los usuarios y contribuirá a elevar la
competitividad de las empresas en el centro del país.
LyFC suministraba energía eléctrica al Distrito Federal, a 82
municipios del Estado de México, a 45 de Hidalgo, dos de Morelos y
tres de Puebla, con una población total de 25 millones de personas.
EFE
gt/ap