Washington, 3 ago (EFE).- La Casa Blanca reiteró hoy la promesa
electoral del presidente Barack Obama de no aumentar los impuestos a
la clase media, después de que dos de sus asesores abrieran la
puerta a esa posibilidad para paliar el creciente déficit fiscal.
"El presidente fue muy claro durante su campaña de que no
elevaría los tributos a las familias de clase media", señaló en una
declaración a los periodistas el portavoz Robert Gibbs.
"Ningún economista pensaría que, en el ambiente en que estamos,
elevar los impuestos a la clase media tenga algún sentido", afirmó.
Para los estadounidenses, los impuestos son un anatema político y
muchos recuerdan la promesa de no elevarlos formulada por el ex
mandatario George Bush (1989-1993).
En una conversación con periodistas durante su campaña electoral,
Bush padre aseguró de manera tajante: "no más impuestos....léanme
los labios...no más impuestos".
Pero a mediados de su mandato se vio obligado a elevar los
tributos, lo que significó la pérdida de su caudal político y la
virtual imposibilidad de ser reelegido.
Obama, quien ha tenido que afrontar un déficit fiscal que llegará
a los casi dos billones de dólares en los próximos meses en medio de
una de las recesiones más profundas del país, apuntó que en caso de
un aumento tributario, éste estaría dirigido a quienes ganan más de
250.000 dólares al año.
"Espero que este compromiso esté claro... en términos que no
dejen lugar a dudas, (el gobernante) no va aumentar los impuestos a
quienes ganan menos de 250.000 dólares al año", señaló Gibbs.
Obama ha prometido que reducirá el déficit a la mitad al
promediar su mandato, a pesar de la previsible reforma del sistema
de salud, un proyecto que ha encontrado inesperada oposición no solo
de los legisladores republicanos, sino también de algunos
demócratas.
"Si ganas menos de 250.000 dólares, no verás que tus impuestos
aumentan más de un centavo, ni en las contribuciones al seguro
social de los empleados que pagan los patrones, ni en el impuesto a
las ganancias de capital. Ningún impuesto", manifestó Gibbs.
Sin embargo, el pasado fin de semana el secretario del Tesoro,
Timothy Geithner, y el director del Consejo Nacional Económico,
Larry Summers, no excluyeron la posibilidad de que el aumento
incluya a toda la población.
Geithner manifestó a la cadena de televisión ABC que el control
del gasto es ahora una de las prioridades del Gobierno y que la
reforma del sistema de salud no bastará para neutralizar su aumento.
Dejó abierta la posibilidad de un incremento tributario con una
declaración en la que no incluyó la fatídica frase "aumento de
impuestos".
"No podemos decir ahora exactamente lo que se va a necesitar para
llegar" a la solución del déficit fiscal, expresó.
"Si queremos que la economía crezca en el futuro, la gente tendrá
que comprender que tenemos que reducir los déficit", agregó.
Geithner pronosticó que las medidas "van a ser difíciles (...) y
el camino es la reforma del sistema de salud. Esa reforma es
necesaria, pero no suficiente. Tendremos que hacer otras cosas".
En el mismo programa se pidió al director del Consejo Económico
Nacional que aclarara si las declaraciones de Geithner abrían la
puerta al aumento de impuestos.
Summers respondió: "muchas cosas pueden pasar con el tiempo.
Nunca es buena idea descartar (algo) absolutamente del todo".
Por su parte, el ex presidente de la Reserva Federal, Alan
Greenspan, aseguró que la economía de Estados Unidos logró evitar su
colapso total y que ya ha comenzado su recuperación.
Sin embargo, también manifestó que en última instancia el
Gobierno tendrá que aplicar algún impuesto para elevar sus ingresos
fiscales.
Según el ex jefe de la política monetaria de EE.UU., ese aumento
tomaría la forma de un impuesto al valor agregado, que -dijo- sería
"la solución menos mala".
"Es lo único que aumenta los ingresos fiscales en cantidades
importantes sin tener un impacto considerable sobre la economía",
indicó. EFE