Bruselas, 15 mar (EFE).- Los ministros europeos analizan hoy
nuevamente la evolución de la crisis presupuestaria en Grecia y
tratarán de acordar un mecanismo de emergencia que ayude a este
miembro de la zona del euro a evitar la quiebra.
Diversas fuentes comunitarias han adelantado que la forma más
viable para los socios de ayudar a Grecia, en el caso de que no
pudiera obtener financiación del mercado a costes razonables, sería
avalando sus futuras emisiones de deuda.
En lo que queda de año, Atenas tiene que hacer frente a
vencimientos por valor de unos 55.000 millones de euros.
Desde que estalló la crisis griega gobiernos e instituciones
europeos tratan de poner a punto un mecanismo de urgencia que sea
compatible con las normas de la unión económica y monetaria,
especialmente con la cláusula del tratado que prohíbe asumir o
financiar directamente la deuda de un socio del euro.
En la cumbre del pasado 11 de febrero, los socios europeos
prometieron actuar de manera "decidida y coordinada" si llegaba el
caso, al tiempo que exigieron al Gobierno de Yorgos Papandréu que
tomara todas las medidas necesarias para reducir el déficit público
de su actual nivel del 12,7 por ciento del Producto Interior Bruto
(PIB) a menos del 3 por ciento en 2012.
La Comisión Europea (CE) certificará hoy que Papandréu está
cumpliendo su parte del pacto, por lo que ahora toca a los socios de
la zona del euro acordar -aunque no necesariamente hacer público- el
mecanismo de rescate que utilizarían, si fuera preciso, para salvar
a Grecia de la bancarrota.
Ante el pleno del Parlamento Europeo, el presidente de la CE,
José Manuel Durão Barroso, dejó claro el martes pasado que "Grecia
ha tomado las medidas necesarias para reducir su déficit fiscal este
año".
Confirmó que el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE)
"trabaja activamente" con los miembros de la zona euro en la
definición del instrumento que las autoridades griegas podrían
utilizar en caso de necesidad.
Aunque no dio ningún detalle, aseguró que será "compatible con el
tratado" y que fijará condiciones de uso "muy estrictas". Advirtió
igualmente de que deberá ser aceptado por todos los miembros de la
zona.
El viernes pasado, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang
Schäuble, indicó con claridad, en un artículo publicado en el diario
británico "Financial Times", el precio que Berlín va a exigir a los
que, con su prodigalidad fiscal, pongan en peligro la solvencia y la
estabilidad de la moneda única.
Alemania, que hace once años renunció al modélico "deutsche mark"
(DM) para permitir el nacimiento del euro, exige un endurecimiento
de las reglas de vigilancia y disciplina, que puede llegar hasta el
extremo de cortar los fondos de cohesión europeos a los Estados con
déficit excesivos, suspenderles su derecho de voto en el Consejo o
expulsarlos pura y simplemente de la unión monetaria.
La réplica ha llegado hoy, en el mismo diario, por medio de la
ministra francesa de Finanzas, Christine Lagarde, quien se pregunta
si Alemania, con un abultado superávit en su balanza de pagos, no
podría dar un respiro a los socios de la Eurozona impulsando su
demanda interna. EFE