Bruselas, 19 oct (EFE).- La Comisión Europea propuso hoy destinar casi 9.200 millones de euros entre 2014 y 2020 a proyectos para mejorar el acceso a las redes de banda ancha y sus servicios para empresas y ciudadanos.
La financiación forma parte de los fondos que Bruselas quiere destinar a mejorar las conexiones en Europa tanto en el sector de los transportes, como la energía y las telecomunicaciones.
El objetivo de la medida es complementar la financiación privada y pública a escala local, regional y nacional, así como los fondos de la política de cohesión dirigidos a este fin, lo que daría credibilidad a los proyectos y reduciría los riesgos.
Bruselas afirma que al menos 7.000 millones de euros podrían destinarse a reforzar las infraestructuras de banda ancha en la UE y calcula que con esta cantidad se podría generar una inversión pública y privada de entre 50.000 y 100.000 millones de euros.
El resto de la financiación podría servir para apoyar servicios digitales de interés público como los registros médicos electrónicos, la identificación electrónica y la contratación electrónica.
La CE precisa que la financiación para infraestructuras de banda ancha se concedería en forma de capital, deuda y garantías, lo que atraerá a los inversores.
En concreto, Bruselas calcula que cada euro de origen europeo invertido en banda ancha podría motivar una inversión privada bruta de entre 6 y 15 euros.
Además la Comisión y las instituciones financieras internacionales como el Banco Europeo de Inversiones (BEI) podrán absorber parte del riesgo y mejorar la calificación crediticia de los proyectos.
Bruselas cree que esta medida aumentará la presión sobre las compañías de telecomunicaciones para que inviertan en sus propias redes.
La CE evaluará los proyectos en función de su capacidad para contribuir a la consolidación del mercado único digital en la UE, ya que parte de la financiación servirá precisamente para promover la interacción de las redes en Europa.
Esta propuesta generará, según la Comisión, beneficios económicos y aumento de la productividad y también facilitará el trabajo a distancia, lo que a su vez favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar.
Asimismo, fomentará la creación de puestos de trabajo. Sólo en Alemania, se podrían crear casi un millón de puestos de trabajo en los próximos diez años, mientras que en Francia se podrían generar 360.000 empleos al año, lo que se traduce en unos 20.000 millones de valor añadido.
La propuesta de la CE tendrá que ser aprobada ahora por el Parlamento Europeo y los países de la UE, representando en el Consejo, un proceso que podría demorarse hasta un año y medio. EFE