Waldheim García Montoya
Sao Paulo, 25 feb (EFE).- El sector bancario brasileño consiguió
en 2009 unas ganancias récord que se dimensionan en un año de crisis
mundial y que contrastan con el alto número de despidos masivos,
muchos de ellos resultantes de la consolidación de fusiones de los
principales bancos.
El buen año para el sector se refleja en los balances de las
principales instituciones financieras, como el estatal Banco do
Brasil, el mayor de América Latina por volumen de activos, que hoy
anunció un beneficio neto récord de 10.148 millones de reales (unos
5.576 millones de dólares) en 2009.
Hace unas semanas, el Itaú-Unibanco, el mayor de América Latina
entre los privados, había anunciado una ganancia neta de 10.060
millones de reales (unos 5.527,5 millones de dólares).
"Fue un año que al comienzo parecía difícil y lleno de dudas,
después de un cuarto trimestre de 2008 nefasto por la crisis. Eso
causó cierto nerviosismo pero luego se vio la solidez del sector
bancario brasileño", dijo a Efe Rafael Maraba, consultor de bancos
privados de inversiones.
La Caixa Económica Federal, segundo mayor banco estatal brasileño
y principal otorgante de créditos para vivienda, obtuvo en 2009 un
beneficio neto de 3.000 millones de reales (unos 1.642 millones de
dólares).
El Bradesco, segundo banco privado del país, ganó el año pasado
8.000 millones de reales (unos 4.300 millones de dólares), mientras
que la filial brasileña del español Santander, que le sigue en la
clasificación, tuvo un beneficio de 5.508 millones de reales (unos
2.962 millones de dólares), un 22,5% más que un año antes.
El año pasado, según la agencia clasificadora de riesgo Austin
Rating, los ocho principales bancos privados del país tuvieron en
conjunto un beneficio neto de 23.174 millones de reales (unos 12.691
millones de dólares), cifra superior en un 24,1% a la de 2008.
El mayor "spread bancario" (diferencia entre la tasa pasiva y la
activa) que es cobrado a los clientes, la apuesta por otros
servicios como el de seguros y la previsión social y las ganancias
con títulos y valores mobiliarios contribuyeron para alcanzar ese
lucro.
Para Maraba, la prudencia impuesta por la crisis llevó a que los
bancos se fusionaran para "optimizar recursos y reducir costos", lo
que se tradujo en despidos masivos a pesar de las jugosas ganancias.
"Los bancos recurrieron a su tesorería para conseguir compensar
la falta de crédito y luego el Gobierno estimuló al sector
permitiendo la participación de los bancos estatales en
instituciones financieras privadas", explicó.
Sin embargo, el balance más que positivo contrasta con la pérdida
de puestos de trabajo en el sector apuntada por la Central Única de
Trabajadores (CUT), la principal del país.
Los tres principales bancos privados (Itaú-Unibanco, Bradesco y
Santander) despidieron 9.902 empleados.
El mayor corte lo hizo el Itaú-Unibanco, con 7.146 despidos, como
parte de la consolidación de la fusión de las dos entidades (Itaú y
Unibanco) anunciada en noviembre de 2008.
"Los grandes bancos privados están en contramano con la economía
brasileña", dijo Carlos Cordeiro, directivo de la CUT, quien recordó
que el empleo formal creció el año pasado en el país y, por lo
tanto, "no podemos aceptar que el sistema financiero, que no fue
afectado, reduzca los puestos de trabajo".
El año pasado, los empleados bancarios del país paralizaron sus
actividades durante dos semanas como protesta por los despidos
masivos y para pedir mejoras salariales, como una mayor
participación en los resultados.
Los sindicatos consiguieron que los bancos estatales se
comprometieran a crear 15.000 nuevos empleos después de la compra
por parte de estos de otras instituciones financieras.
El Banco do Brasil, por ejemplo, adquirió la regional Nossa
Caixa, de Sao Paulo, y el control del banco privado Votorantim, que
financia la compra de vehículos. EFE