Por Malena Castaldi y Esteban Farat
MONTEVIDEO (Reuters) - Los uruguayos definían el domingo a su próximo presidente en la segunda vuelta, en la que se espera que se imponga el ex mandatario Tabaré Vázquez con holgura para darle a la izquierda una tercera legislatura consecutiva que consolide la estabilidad económica y sus populares planes sociales.
Los sondeos pronostican que Vázquez, un experimentado político de 74 años del Frente Amplio, vencería a su joven rival conservador del Partido Nacional, el legislador Luis Lacalle Pou, con una diferencia de unos 14 puntos porcentuales.
Aunque es un izquierdista moderado, si Vázquez triunfa para suceder a su correligionario José Mujica, un ex guerrillero de 79 años, daría continuidad a varias iniciativas progresistas, como una nueva y polémica ley pionera en el mundo que regula la producción y comercio de marihuana bajo supervisión del Estado.
Lacalle Pou -un apasionado del surf de 41 años- prometió que si llega al poder derogaría partes de la iniciativa, que busca un nuevo enfoque para combatir al narcotráfico pero es rechazada por la mayoría de los uruguayos. Una de las cosas a las que se opone el candidato es la venta de cannabis en las farmacias.
Pero en la práctica sería difícil dar marcha atrás porque el partido de gobierno obtuvo una mayoría legislativa en el Congreso.
Más allá de esta propuesta, su discurso conciliador no logró calar en suficientes uruguayos ni pudo mostrar un proyecto de gobierno alternativo lo suficientemente sólido. El abogado quedó segundo a 17 puntos de distancia en la primera ronda a finales de octubre y para el domingo no se espera que la situación cambie.
"Vázquez es la mejor opción y tiene un gobierno a cuestas para probarlo", dijo María Cecilia Kisco, una agrónoma de 43 años. "Además es un político sólido, creíble, a diferencia de Lacalle Pou, que está muy gurí (joven) todavía para tamaña responsabilidad".
Un cóctel de factores inclinan la balanza a favor de Váquez.
Durante su mandato (2005-2010), el oncólogo pudo estabilizar la economía y reducir la pobreza combinando políticas pro mercados con acento social. Pero como la reelección inmediata no se permite en el país, le entregó la banda presidencial a su aliado Mujica teniendo una popularidad del 70 por ciento.
A su turno, el carismático Mujica, de estilo poco protocolar y de hablar directo, mantuvo el rumbo económico de Vázquez y profundizó sus programas sociales.
Como resultado Uruguay, un pequeño país primordialmente ganadero, ha crecido a un ritmo promedio de casi el 6 por ciento anual y ha reducido la pobreza un tercio a su mínimo histórico de poco más del 11 por ciento desde el 2005.
HACIENDO UN ESFUERZO
Esos logros han pesado más que el deterioro en la educación, el aumento de los impuestos y la mayor inseguridad que vive el país, problemas que la oposición no consiguió explotar.
Mujica es hoy uno de los líderes más populares de Latinoamérica y cuenta con un respaldo a su gestión del 65 por ciento, mucho de ese apoyo en el interior del país.
"Me dirán: Luis es muy difícil (ganar el domingo). ¿Pero quién dijo que las cosas mejores de la vida no cuestan mucho? Vamos a hacer el esfuerzo en la convicción de lo que queremos y lo que creemos", dijo Lacalle Pou en su cierre de campaña.
Su entorno ha confesado a Reuters que el candidato conservador ya se ha hecho a la idea de una derrota y que trabajará para ser la voz de la oposición desde el Congreso.
"No sé cómo la mayoría de los uruguayos sigue votando al Frente, todos sabemos que es bueno cambiar y que no se arme un monopolio en el poder", dijo Pablo Roba, estudiante de 26 años.
Aunque se espera que en la madrugada del lunes se divulguen los primeros resultados oficiales, se anunciaron sondeos a pie de urna de consultoras para el domingo a las 20.30 hora local (2230GMT) que darán un indicio del resultado de los comicios.
Gane quien gane, tendrá que pensar cómo mejorar el sistema educativo, los servicios de salud, poner freno a un repunte de la inseguridad y controlar la elevada inflación.
Además, tiene el reto de mejorar sus vínculos diplomáticos con Argentina, uno de sus principales socios comerciales, desgastados por las diferencias en torno a la instalación de una planta de celulosa sobre un río limítrofe.
"Hoy los desafíos son mayores, hay que mejorar, avanzar, profundizar el programa y el proyecto político de la izquierda", dijo Vázquez en su último acto electoral, después de anunciar que planea nuevos impuestos a los grandes terratenientes para financiar mejoras a la educación.
(Traducido por la Mesa de Santiago de Chile; Editado por Gabriel Sánchez en Madrid)