Bruselas, 18 ene (EFE).- El presidente del Eurogrupo, Jean-Claude
Juncker, planteará hoy a los ministros de Finanzas la necesidad de
endurecer los mecanismos de vigilancia y corrección de las políticas
económicas generales, no sólo presupuestarias, de los miembros del
euro en caso de desviación respecto a las orientaciones comunes.
El primer ministro y ministro del Tesoro de Luxemburgo, que
aspira a ser reelegido hoy como presidente del grupo, ha detallado
su programa en una carta dirigida a los otros quince miembros de la
zona del euro, en la que pone el énfasis en la vigilancia de las
políticas económicas.
"Necesitamos una discusión franca sobre los objetivos globales de
nuestra política económica y sobre las necesidades y prioridades
individuales de nuestros estados miembros", afirma Juncker, que
equipara este ejercicio de coordinación al que ya realiza el
Eurogrupo en lo que respecta a la política presupuestaria.
Añade que, cuando las políticas de un estado de la zona no sean
consistentes con las orientaciones europeas o pongan en peligro el
correcto funcionamiento de la unión económica y monetaria, "la
Comisión Europea no debería dudar" en dirigir una "advertencia" al
estado miembro afectado.
Después de la advertencia, "el Eurogrupo debería mantener una
discusión franca con dicho estado a fin de asegurar que toma medidas
efectivas", propone Juncker.
El presidente aboga por que sea el grupo de países del euro el
que asuma el liderazgo en el debate que se ha iniciado sobre la
revisión de la estrategia económica general de la Unión Europea para
la década 2010-20.
Será el Consejo Europeo, la reunión de los 27 gobernantes de la
UE, el que decida los elementos de la llamada "estrategia UE2020",
pero "me parece muy justificado", precisa Juncker, "que el Eurogrupo
exprese su propio punto de vista con claridad, y lo presente incluso
al presidente del Consejo Europeo".
En su introducción, Juncker asegura que la unión económica y
monetaria "ha madurado" en esta década de existencia, pero advierte
de que las nuevas modalidades de cooperación económica, a escala
europea y global, "se encuentran todavía en la infancia".
Si son grandes los desafíos en el plano presupuestario, tras las
crisis, "todavía son mayores por lo que respecta a la política
económica en general, donde tenemos que tomar decisiones que
restauren la competitividad y el crecimiento potencial", advierte
Juncker.
El primer ministro luxemburgués reclama de los miembros del euro
"una clara indicación de su compromiso en defensa de los intereses
de la zona" por encima de los nacionales.
Con la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, el Eurogrupo ha
adquirido reconocimiento pleno como órgano informal de coordinación
entre los ministros de Finanzas de los países que han adoptado el
euro (dieciséis hasta ahora).
En diciembre, aprovechando esta circunstancia, Juncker anunció su
deseo de presentarse a la reelección por un mandato completo -dos
años y medio-, pero, si bien no surgió ningún rival, su confirmación
fue pospuesta hasta enero.
La ministra francesa, Christine Lagarde, planteó entonces la
conveniencia de que el candidato fuera votado sobre la base de un
programa de trabajo, a lo que Juncker ha respondido con la carta en
la que expresa sus objetivos.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy, no ha ocultado sus
críticas por la supuesta falta de dinamismo del luxemburgués en la
respuesta inicial a la grave crisis financiera del año pasado.
La falta de apoyo francés explica, según los observadores, que no
prosperara la candidatura de Juncker a la presidencia estable del
Consejo Europeo, designación que finalmente recayó en el belga
Herman Van Rompuy. EFE