París, 21 sep (EFE).- La crisis ha supuesto un parón a las
reformas liberalizadoras de la Estrategia de Lisboa en la Unión
Europea, según la OCDE, que advierte de que los programas públicos
deben evitar nuevas formas de proteccionismo que amenazarían la
recuperación más tarde.
"Conviene evitar que esas acciones públicas comprometan las
perspectivas de una recuperación ulterior o amenacen el mercado
único", señala en un informe dedicado a la UE divulgado hoy por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
El panorama de entrada es bastante negro, con un Producto
Interior Bruto (PIB) que caerá este año en torno al 4% en el
conjunto de los 27 países miembros, "la peor recesión de la
posguerra en Europa, recuerda la organización.
Una recesión que va a continuar en muchos de esos Estados, con
caídas acumuladas del PIB en el periodo 2009-2010 que serán de más
del 14% en Estonia, del 11% en Irlanda, del 8% en Hungría, del 6% en
Alemania y de alrededor del 5% en Suecia, Holanda, España, Italia o
Eslovenia.
La crisis además ha parado las reformas que se venían haciendo en
el marco de la Estrategia de Lisboa, y que habían ayudado a la Unión
-aunque con resultados dispares entre sus miembros- a mejorar su
resistencia, advierte la OCDE.
Los autores del estudio reconocen la utilidad de los planes de
estímulo estatales para afrontar la crisis, que van a aportar con
sus presupuestos este año y el próximo el equivalente del 1,8% de su
PIB, pero advirtió de que también han disminuido el margen de acción
por la situación de las finanzas públicas.
Por eso insisten en que "la Comisión Europea debe velar" para que
esas ayudas se retiren rápidamente "en el momento oportuno desde la
recuperación de la economía", y evitar que "comprometan las
perspectivas de una recuperación ulterior o amenacen el mercado
único".
Las prioridades en este contexto son "reforzar el resultado en el
frente de la innovación, consolidar el mercado único, realizar la
transición a una economía sobria en carbono (CO2) y abrir más los
mercados europeos al resto del mundo".
A juicio de la OCDE, la situación actual con planes masivos de
inversión "ofrece la ocasión de facilitar algunas reformas
estructurales útiles", como la configuración de redes de banda
ancha, o el desarrollo de tecnologías poco contaminantes que
estimulan la actividad a corto plazo y serán beneficiosas a la
larga.
"La crisis actual ya ha supuesto el lanzamiento de reformas
ambiciosas destinadas a paliar las lagunas del sistema financiero
que, si se realizan efectivamente y se aplican deberían asentar las
perspectivas de crecimiento a largo plazo", indicó el secretario
general, Ángel Gurría.
En el terreno de la innovación, la OCDE no está convencida de la
utilidad de mantener el objetivo de elevar la inversión en
investigación y desarrollo hasta el 3% del PIB, y considera más
importante fijar las prioridades entre las diferentes iniciativas y
cuantificar mejor la importancia de cada una.
También estima "importante poner en marcha un mercado laboral
totalmente integrado para los investigadores, una patente
comunitaria y un sistema unificado de reglamento de litigios".
El conocido como el "Club de los países desarrollados" apuesta
por una "carta azul europea" que simplifique los procedimientos para
los inmigrantes altamente cualificados y les dé un permiso de
residencia permanente.
En el terreno del mercado único, subraya que "hay que ir mucho
más lejos", sobre todo en los servicios y en algunas industrias de
red (como la electricidad y el gas) dado que muchas directivas que
le conciernen no se han transpuesto integralmente (el 6% a finales
de 2008) y hay muchas infracciones (1.200 en esa fecha).
La OCDE, que pone el acento en el interés de la UE por una mayor
liberalización del comercio mundial, considera que la mejor forma de
lograr en Europa una economía con menos contaminación de CO2 es
generalizar a todos los sectores -transporte incluido- el sistema de
intercambio de cuotas de emisión. EFE
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