Londres, 26 jul (EFE).- El consejero delegado de BP, Tony
Hayward, dejará su puesto el próximo mes de octubre mientras la
petrolera británica trata de reconstruir su reputación, dañada tras
el derrame de crudo en el golfo de México.
Según los medios británicos y a falta de confirmación por parte
de la compañía, que dijo a Efe que no emitirá hoy ningún comunicado
al respecto, la reunión celebrada esta tarde en Londres por el
consejo de administración de BP acabó con la decisión de finiquitar
en tres meses los 28 años de carrera de Hayward con esta empresa.
De acuerdo con fuentes de BP citadas por la BBC, el
estadounidense Bob Dudley, actualmente al frente de las operaciones
de limpieza de la empresa en el golfo de México, es el hombre que
cuenta, actualmente, con más bazas para reemplazar a Hayward.
Irónicamente, este último aseguraba hace tres años, nada más
asumir las riendas de su cargo, que sus objetivos principales serían
garantizar la "seguridad" y la "fiabilidad", dos de los motivos por
los que tendrá que abandonar sus responsabilidades.
Aunque el nombramiento de Hayward como consejero delegado en el
2007 fue una decisión popular en el entorno de la empresa, su
percepción pública cambió tras la explosión, el pasado 20 de abril
en aguas del golfo de México, de la plataforma petrolera "Deepwater
Horizon", que posteriormente se hundió en el mar.
El incidente ocasionó la muerte de once personas y se considera
ya uno de los desastres ecológicos más graves de la historia de
EEUU.
Atacado desde distintos sectores, la gestión de Hayward ante la
crisis no convenció y el propio presidente norteamericano, Barack
Obama, criticó públicamente las decisiones del jefe de BP frente al
desastre.
En los últimos días, la prensa británica había hecho conjeturas
sobre la inminente salida de este directivo de 53 años, que los
medios fechaban a finales de agosto o septiembre, a fin de
restablecer la maltratada reputación que había adquirido BP.
Hayward no convenció tampoco a los miembros del Congreso de EEUU
con los que se reunió el mes pasado en ese país, y ante los que no
respondió como se esperaba a las preguntas relacionadas con el
incidente en el golfo de México.
Los medios esperan que BP anuncie mañana, martes, una reserva de
dinero que cifran en 21.660 millones de euros (28.135 millones de
dólares) para cubrir los costes de la campana colocada en el pozo
para frenar el vertido, las indemnizaciones correspondientes y las
multas que esté obligada a pagar por el accidente, lo que
significará importantes pérdidas para el segundo trimestre del año.
Además, la prensa de este país considera que esta empresa busca
ahora una nueva estrategia para defenderse de una eventual amenaza
de compra por parte de grupos como ExxonMobil o Royal Dutch Shell.
Lo cierto es que en los últimos meses, las acciones de la
petrolera han perdido valor y en junio los títulos de BP llegaron a
colocarse en su nivel más bajo desde agosto de 1996.
El pasado día 12, BP informó de que el coste que le acarrea el
vertido asciende a 3.500 millones de dólares (2.779 millones de
euros) y según la compañía, unas 46.000 personas y unos 6.400 barcos
han participado en las labores de limpieza en el área afectada.
Pese a ello, BP todavía insiste en que es una compañía fuerte,
capaz de afrontar la crisis, gracias a la generación de efectivo y
las facilidades bancarias.
Mientras la compañía trata de reconstruir su imagen, el Gobierno
estadounidense indicaba ayer mismo que el nuevo intento para sellar
el pozo dañado había sido aplazado varios días y comenzaría la
primera semana de agosto.
Inicialmente, esa operación de sellado, que contempla la
inyección de una mezcla de cemento y lodo pesado a través de la
campana de contención en periodo de pruebas y que cierra el pozo de
modo provisional, tenía previsto su comienzo para esta semana.
Sin embargo, la tormenta tropical "Bonnie", que pasó este fin de
semana por la zona afectada motivó ese cambio de planes.
A la vista de la situación, los medios de Reino Unido anticipan,
por su parte, para BP los peores resultados económicos que registra
trimestralmente una empresa británica.EFE