Según su valoración, "algunos aspectos del apoyo político ya anunciado son sustanciales –por ejemplo, la relajación de la política monetaria por parte del PBOC–, pero en el aspecto fiscal siguen siendo confusos".
En su opinión, "las vacilaciones de Pekín pueden estar relacionadas con la incertidumbre sobre las elecciones estadounidenses, dado su posible impacto en el comercio bilateral, pero es posible que ya se haya perdido el efecto psicológico de 'conmoción y pavor' de los grandes anuncios de estímulo".