Teresa Bouza
Cancún (México), 23 mar (EFE).- El Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) concluyó hoy su Asamblea anual con una histórica
ampliación de capital que ha dejado al descubierto viejas tensiones
entre EE.UU. y sus vecinos del Sur.
El compromiso para ampliar el capital en 70.000 millones de
dólares, que deberá ratificar en 60 días la junta directiva del BID
y después los órganos legislativos de los países, fue objeto de un
duro pulso entre EE.UU., el mayor accionista del banco, y los países
latinoamericanos.
Las desavenencias se resolvieron la madrugada del lunes cuando
los 48 miembros del BID dieron el visto bueno a un documento de
consenso que permitirá al banco prestar unos 12.000 millones de
dólares anuales a la región, el doble del promedio desde 1994.
Pero el proceso puso de manifiesto que el relevo en la Casa
Blanca no ha servido para limar, como muchos esperaban, viejas
asperezas en las relaciones norte-sur.
En ese sentido, el ministro de Hacienda de la República
Dominicana, Vicente Bengoa, dijo que América Latina sigue sin estar
"en la agenda internacional" de EE.UU. tras la llegada de un nuevo
equipo de Gobierno a Washington, el del presidente Barack Obama.
"Irak, Afganistán. Esas son las prioridades" de Washington,
afirmó ayer Bengoa, quien señaló que el que la propuesta de
ampliación de capital de Estados Unidos fuese la más baja deja eso
en evidencia.
Washington llegó a Cancún con la propuesta de incrementar el
capital en 60.000 millones de dólares, de los que alrededor de 1.100
millones serían capital pagado y el resto exigible, que los socios
aportan en caso de necesidad.
Dado que los desembolsos del capital pagado se realizan en el
plazo de cinco años y que EE.UU. tiene un capital del 30 por ciento,
Washington debería de aportar sólo 66 millones de dólares anuales.
"Yo, irónicamente, hablé de que en Estados Unidos probablemente
la sociedad gaste 66 millones en echarle alpiste a los canarios",
dijo el ministro dominicano.
Similar descontento manifestó el ministro de Economía y Finanzas
de Argentina, Amado Boudou, quien deja Cancún con "sabor amargo"
porque, en su opinión, la ampliación de capital no es suficiente
para el mediano plazo.
Latinoamérica quería inicialmente que la recapitalización fuese
de 100.000 millones de dólares, una cifra que rebajó en Cancún hasta
los 80.000 millones con 2.800 de capital pagado, oferta que tampoco
aceptó la delegación estadounidense.
Más allá del dinero hubo fuego cruzado también por el deseo
estadounidense de vincular la recapitalización a ciertas
condiciones, entre ellas algunas exigencias medioambientales, que
países como Brasil tacharon de injerencia en la soberanía de los
países de la región y consideraron "inaceptables".
Washington dio marcha atrás en algunas de sus propuestas, como la
de que los proyectos con impacto medioambiental se sometiesen a una
consulta pública de 120 días antes de ser aprobados.
Aun así, logró que algunas propuestas cuestionadas por los socios
latinoamericanos formasen parte de la declaración final, como la de
que se realice una revisión a la mitad de la ampliación de capital
para ver si el BID cumple con sus promesas de reforma.
El BID ha puesto en marcha una revisión de su política de
información, para hacerla más transparente y se ha comprometido a
incrementar la financiación a las energías renovables y el sector
privado como parte de la nueva etapa que se abre con la llegada de
recursos frescos.
Estados Unidos evitó echar leña al fuego y se limitó a decir que
lo importante es que se alcanzó consenso.
"Estamos muy satisfechos con los resultados tanto para el banco
como para EE.UU. El que emergió es un documento de consenso", afirmó
la subsecretaria del Tesoro estadounidense para mercados
internacionales y desarrollo, Marisa Lago.
En similares términos se pronunció hoy el presidente del BID,
Luis Alberto Moreno, quien dijo que "el mejor acuerdo es el que se
aprueba, todo lo demás es anecdótico".
"Uno en la vida no se puede quedar pensando en lo que pasó ayer,
tenemos que pensar en lo que pasará mañana", insistió.
Pese a las discrepancias, existe consenso en que el aumento de
capital es positivo para la región.
Además de ampliar el capital, el BID condonó la deuda de 479
millones de dólares a Haití y se comprometió a donar 200 millones de
dólares anuales durante la próxima década. EFE
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