Por Alan Baldwin
HOCKENHEIM, Alemania (Reuters) - La salida de Sergio Marchionne de Ferrari (NYSE:RACE) privará a la Fórmula Uno de un combativo actor clave que llegó a amenazar con sacar de las carreras a la escuadra más antigua y glamorosa si no conseguía lo que quería.
Ferrari anunció el sábado que Marchionne, de 66 años y enfermo de gravedad, fue sustituido como presidente por John Elkann, integrante de la familia italiana Agnelli. Asimismo, el directivo Louis Camilleri fue nombrado presidente ejecutivo del fabricante de autos deportivos.
"Es probable que haga la vida un poco más fácil a (el presidente de la Fórmula Uno) Chase (Carey) en las negociaciones", afirmó el jefe del equipo McLaren, Zak Brown, a los periodistas en el Gran Premio de Alemania cuando fue preguntado por las consecuencias de su adiós.
"Sergio hizo un trabajo increíble en todo el negocio de Fiat, es un personaje muy extrovertido que peleó duro por Ferrari. Esperemos que la persona que venga vea el valor que da la Fórmula Uno a Ferrari (...) el impacto neto podría ser un compromiso más rápido de Ferrari con la Fórmula Uno", agregó.
El jefe de la escudería Mercedes, Toto Wolff, un duro rival de los bólidos italianos en la pista, pero considerado un estrecho aliado en lo relativo a las negociaciones sobre el futuro del automovilismo, dijo que "es un una personalidad importante para la Fórmula Uno. Siempre me ha gustado enfrentarme a él".
No hubo reacción inmediata por parte del dueño de los derechos comerciales de la Fórmula Uno, Liberty Media, que quiere reformar la competición. Ferrari, la escudería más laureada, recibe sumas significativas en pagos especiales para reflejar su estatus y no quiere perder ese trato.
"Debemos encontrar una solución equilibrada para el futuro que satisfaga a todos y creo que lo haremos a tiempo", dijo Marchionne el pasado diciembre. "De lo contrario, Ferrari se marchará. Si ellos (los escépticos) creen que es mentira están jugando con fuego"