Por Francois Murphy y Krisztina Than
ROSZKE, Hungría/VIENA (Reuters) - La era de dos décadas de libre circulación por Europa se vio interrumpida el lunes, cuando algunos países impusieron controles en sus fronteras como respuesta a un flujo de inmigrantes sin precedentes.
La sorpresiva decisión de Alemania de restaurar el domingo los controles fronterizos tuvo un rápido efecto dominó, obligando a los países vecinos a cerrar sus propias fronteras.
En tanto, los ministros del Interior de la UE acordaron relocalizar a otras 120.000 personas que buscan asilo en el bloque tras una decisión previa para redistribuir a 40.000 desde Italia y Grecia, dijo el Gobierno de Luxemburgo, que no dio detalles respecto a cómo se dividirían a los inmigrantes.
Varios estados se oponen con firmeza a la propuesta de distribuirlos según cuotas por país.
Austria desplegó a su Ejército para vigilar la frontera con Hungría después de que miles de inmigrantes la cruzaran a pie durante la noche, llenando espacios de alojamiento temporales cercanos.
Miles de personas cruzaron los Balcanes con prisa para alcanzar Hungría antes de que entren en vigencia nuevas reglas de ingreso el martes. Para las 1400 GMT del lunes, la policía había registrado el ingreso de 7.437 migrantes desde Serbia, una cifra que superó el récord del día anterior de 5.809 personas.
En la tarde una fila de policías húngaros bloquearon el principal punto de ingreso informal, apoyados por policía montada, soldados y un helicóptero. Pero se permitió el paso en un cruce oficial con la frontera con Serbia, dijo un reportero de Reuters.
"Nos enteramos que los húngaros cerrarán la frontera el 15 de septiembre así que nos tuvimos que apurar para venir desde Grecia", dijo Amer Abudalabi, un estudiante de ingeniería de 24 años y originario de Damasco, poco antes de cruzar la frontera desde Serbia.
"No hemos dormido desde el sábado de mañana (...) Estoy tan cansado. No me lo creeré cuando crucemos a Hungría", agregó.
Eslovaquia también dijo que impondría controles en sus fronteras. Holanda anunció que realizaría controles y otros países de la UE, desde Suecia a Polonia, informaron que estaban siguiendo de cerca la situación.
"Si Alemania lleva a cabo controles fronterizos, Austria debe poner en marcha controles fronterizos más contundentes", dijo el vicecanciller Reinhold Mitterlehner en una rueda de prensa conjunta con el canciller Werner Faymann. "Ahora estamos haciendo eso", agregó.
Ambos dijeron que se desplegaría al Ejército en labores de apoyo, pero que la asistencia se centraba en la ayuda humanitaria.
LA MAYOR AMENAZA A SCHENGEN
Las medidas son la mayor amenaza al sistema de Schengen, que desde 1995 eliminó los controles fronterizos en toda Europa y se sitúa junto a la moneda única como uno de los mayores logros de integración en el continente.
Los 26 países europeos del área Schengen cuentan con visados comunes y las fronteras entre ellos no están vigiladas, pero las normas aún prohíben a inmigrantes indocumentados viajar dentro de la zona.
Esto ha provocado caos mientras cientos de miles de personas llegan a las fronteras del sur y este del bloque en su camino a países más ricos del norte y oeste en busca de asilo.
Los ministros europeos de Interior sostuvieron una larguísima reunión por la crisis, con Alemania, Francia y la Comisión Europea -el Ejecutivo del bloque- intentando superar la oposición de los países del este para reubicar a 160.000 refugiados llegados a Italia, Hungría y Grecia.
Las partes acordaron la necesidad de unos controles más férreos sobre las fronteras externas del bloque, buscando apaciguar a los países que están preocupados de que la reubicación de solicitantes de asilo pueda atraer a más personas.