Pekín, 27 dic (EFE).- El primer ministro chino, Wen Jiabao,
reconoció hoy que los efectos de la enorme cantidad de créditos que
los bancos chinos han concedido a instancias de su Gobierno y para
paliar la crisis internacional pueden ser negativos.
"Sería bueno que nuestro sistema de créditos bancarios fuera más
equilibrado, estuviera mejor estructurado y no tuviera una escala
tan grande", señaló hoy Wen en una entrevista concedida a la agencia
oficial de noticias china Xinhua.
Este año los bancos chinos concedieron un récord de créditos en
el primer semestre del año, valorados en 7,4 billones de yuanes
(1,08 billones de dólares, 755.000 millones de euros), una cuantía
que equivale a la mitad del Producto Interior Bruto (PIB) del país
asiático en ese periodo.
Desde entonces, la concesión de créditos se ha reducido hasta una
cuarta parte entre julio y noviembre, según datos oficiales.
A pesar de los riesgos que entrañan tanto esta medida como el
medio billón de dólares destinado en noviembre de 2008 a
infraestructuras y servicios sociales para amortiguar los efectos de
la crisis en China, Wen se mostró satisfecho con su efectividad.
"Hemos estabilizado el crecimiento económico y el empleo y
mantenido la estabilidad social en el último año, lo que supone un
consuelo para mí", aseguró el primer ministro.
Las palabras de Wen contradicen un informe publicado por el grupo
de expertos del Gobierno esta semana que indica que el número de
protestas masivas registradas este año aumentaron con respecto a
2008, cuando se batió un récord de más de 80.000, comparadas con las
10.000 registradas en 1994.
El objetivo del PIB de este año, fijado en un 8 por ciento, es
asequible, dijo Wen, ya que se logró un 8,9 por ciento interanual en
el tercer trimestre de 2009, lo que indica una aceleración con
respecto al 7,9 por ciento del segundo trimestre y al 6,1 del
primero, su crecimiento más bajo en décadas.
Mientras una buena parte del planeta sufre recesión y ve en China
un modelo eficiente ante la crisis, Wen Jiabao se mostró hoy
cauteloso, alegando que es demasiado pronto para evaluar los
resultados chinos y la crisis no ha finalizado aún.
"En la batalla contra la crisis, vamos a pagar un determinado
precio y afrontaremos obstáculos inesperados", pronosticó el
político chino.
Entre estos problemas, reconoció el exceso de liquidez
crediticia, que en buena parte ha ido a parar a las empresas
estatales y no al bolsillo de los ciudadanos, por lo que el consumo
no está aumentando como se esperaba, según indican analistas
independientes.
En este sentido, Wen reconoció que el objetivo último del
crecimiento económico chino "es mejorar el bienestar del pueblo", y
para tal fin, aseguró, se han incrementado los ingresos de los
jubilados, de aquellos con menor poder adquisitivo y se ha llevado a
cabo una "reforma sanitaria significativa" en 2008.
"Superaremos todas las dificultades mediante una buena
implementación del sistema médico", agregó el "Premier".
China, que ha basado su "milagro" económico en las exportaciones
baratas, en la recepción de inversión extranjera y en masivas
inversiones en infraestructuras, aseguró hace un año que cambiaría
esta estructura económica a un modelo más sostenible y basado en el
consumo interno para ser menos vulnerable a crisis globales.
Sin embargo, medidas como la provisión de vivienda barata y otros
servicios sociales cuya gratuidad se perdió con la adopción del
capitalismo no están avanzando a la misma velocidad, mientras que la
equiparación de los derechos de los residentes urbanos y de los
inmigrantes rurales, que podría estimular el consumo, "se está
estudiando", aseguró Wen. EFE