Roma, 14 abr (.).- Las acciones de la gestora de infraestructuras italiana Atlantia (BIT:ATL) subían este jueves un 4,9 % a media sesión en la Bolsa de Milán, después de que Edizione, de la familia Benetton, y el fondo Blackstone (NYSE:BX) anunciaran que lanzarán una opa voluntaria a 23 euros por título, que pagarán en efectivo.
El mercado ha acogido con optimismo este movimiento, con el que la familia Benetton pretende blindar a Atlantia de intromisiones extranjeras y excluirla después de bolsa, y las acciones de la gestora se disparaban este jueves hasta quedarse justo por debajo de esos 23 euros, en concreto cotizaban en los 22,96 euros a las 11.23 horas locales (09.23 GMT).
La opa voluntaria que lanzarán Edizione y Blackstone, a través de una sociedad controlada al 65 % por los Benetton y al 35 % por el fondo estadounidense, valora a Atlantia en unos 19.000 millones, excluida la deuda.
El precio propuesto supone una prima del 5,3 % sobre el de cierre de ayer, miércoles, y del 24,4 % respecto al del 5 de abril, la víspera de que se conociera el interés no vinculante de la constructora española ACS (BME:ACS) y los fondos GIP y Brookfield por hacerse con Atlantia.
Es, además, un premio del 40,8 % respecto a la media ponderada del último año.
Atlantia había propuesto para 2022 un dividendo de 0,74 euros por acción, por lo que los accionistas que se adhieran a la opa recibirán 23,74 euros por título.
Atlantia y ACS son socias en Abertis (BME:ABE) desde 2018, cuando se unieron en una operación que acabó con la italiana como accionista mayoritaria con el 50 % más una acción.
La gestora italiana opera además en Chile con el Grupo Costanera, tiene 48 concesiones de autopistas en 11 países, cinco aeropuertos, y el 15,5 % de Getlink, la sociedad de cartera que gestiona el eurotúnel en el canal de la Mancha; mientras este año prevé cerrar la compra de la empresa de sistemas de control de tráfico en carretera Yunex Traffic por 950 millones de euros.
En las próximas semanas, recibirá 8.000 millones de euros por la venta de su filial Autostrade per l'Italia (ASPI) a un consorcio formado por el banco público italiano CDP y los fondos Blackstone y Macquarie, una operación que pondrá fin a la disputa mantenida con el Estado italiano desde 2018, cuando se hundió un puente en Génova que gestionaba su subsidiaria y que causó 43 muertos.