Madrid, 14 dic (.).- El Banco de España considera en un análisis que el encarecimiento de la energía puede poner en peligro la viabilidad de algunas empresas y sugiere que se tenga en cuenta el tamaño de las mismas en el diseño de posibles programas de ayudas a ramas de actividad intensivas energéticamente.
En el artículo "El gasto energético de las empresas españolas industriales y de servicios", María de los Llanos Matea y Alejandro Muñoz-Julve analizan la incidencia del encarecimiento de la energía en las empresas españolas por sectores de actividad y por el tamaño de las empresas.
El artículo describe el peso de los costes energéticos directos sobre la cifra de negocio de las empresas industriales y de servicios en 2019, diferenciando por tipo de combustible (electricidad, gas natural y otros combustibles), así como por tamaño de las empresas y por sector de actividad.
El análisis se realiza para el año 2019 para obviar discusiones que la pandemia pudo provocar en la actividad y la estructura de costes de las empresas en 2020.
Según indica el artículo, el encarecimiento de la energía "puede poner en peligro la viabilidad de algunas empresas que, de otro modo, serían rentables, lo que podría repercutir en el empleo y lastrar la recuperación económica".
En la mitad de las empresas, el gasto energético en 2019 representaba menos del 1,5 % de su cifra de negocio; en un 40 % de las empresas alcanzaba entre el 1,5 % y el 3,5 %, y tan sólo en un 10 % de las empresas la factura energética se situaba por encima del 3,5 %.
LA ELECTRICIDAD, EL COSTE MÁS IMPORTANTE PARA LA MAYORÍA
Por tipo de producto energético, la electricidad suponía para la mayoría de las empresas el coste energético más importante, seguido de los otros combustibles; mientras que el gas natural era un coste apreciable para un número limitado de empresas.
Un 90 % de las empresas dedica menos del 2,6 % de su cifra de negocio a gastos en electricidad, mientras que este último porcentaje es del 1,4 % y del 0,4 % en el caso de otros combustibles y del gas natural, respectivamente.
Las tres ramas de actividad con más gasto energético en proporción a su cifra de negocio son el transporte aéreo, el marítimo y por vías navegables interiores, y el terrestre y por tubería, con ratios de costes energéticos del 21 %, 18 % y 16 %, respectivamente.
A estas tres ramas le siguen una serie de ramas industriales como la fabricación de otros productos minerales no metálicos (que incluye industria cerámica y de fabricación de vidrio), que destina algo más del 7 % de su cifra de negocio a sus costes energéticos, y es la rama con la ratio más elevada en gas natural, un 3 %.
Las industrias extractivas gastan algo más del 6 % en productos energéticos; seguidas de otras ramas industriales en las que la electricidad es el principal coste energético.
La electricidad es también la principal fuente energética en los servicios (salvo los transportes) y el comercio.
El transporte interurbano de pasajeros por ferrocarril es la rama en la que la electricidad representa una mayor proporción de su cifra de negocio (en torno al 10 %), seguida de la industria de fabricación de cemento, cal y yeso (9,5 %); y el transporte de mercancías por ferrocarril (8,6 %).
En el sector del transporte, las microempresas destinan un 14 % de su cifra de negocio a los gastos energéticos, las pequeñas un 10 %, y las medianas y grandes un 9 %.
En cuanto al gas natural, destacan las industrias de fabricación de productos cerámicos (en torno al 7 %), así como la de acabado de textiles (5 %).
A mayor tamaño de la empresa, menor es su gasto energético como proporción de su cifra de negocio.
El gasto en gas natural es mayor en las empresas más grandes y en el sector del transporte, mientras que las empresas medianas y grandes son las que tienen proporcionalmente un gasto más elevado en electricidad, aunque su porcentaje es reducido en comparación con el gasto en otros combustibles.
Entre las empresas pequeñas y las empresas medianas y grandes, el mayor gasto energético lo soportan las de transporte y almacenamiento, seguidas de las industrias extractivas.
Dada la heterogeneidad existente en los gastos energéticos entre las ramas productivas y entre empresas según su tamaño, el Banco de España en su análisis considera que podría ser útil incorporar el tamaño en el diseño de posibles programas de ayudas a ramas intensivas energéticamente.